Opinión

Marín, aquel 4 de abril de 1809

EN LA Villa de Marín, pertenencia del Priorato de Oseira por cesión que de él hizo el caballero Diego Arias cuando profesó en la Orden del Cister (1151), había un pequeño castillo situado sobre una elevación de terreno -más o menos donde ahora esta la Casa Consistorial, según lo ubican documentos históricos- que se remontaba al siglo VII que malamente defendía el fondeadero de San Xián dos Ancorados.

En 1521 el prior de Osera encargó a los frailes Juan Álvarez y Antonio Jambrino -"custodios do Priorato"- la construcción "más mar afuera" de un fuerte que protegiese a Marín de posibles ataques piratas eligiendo como lugar idóneo el monte Pesqueira en la desembocadura del río Lameira. Aquella fortificación recibió el nombre de Castillo de San Fernando en honor al rey católico y desde el se defendió a Marín de posibles incursiones por mar durante los siglos XVI al XIX en que fue abandonado. Pero aquel fuerte requería, para que cumpliese bien el cometido para el que fue construido, muchos hombres, artilleros e infantes, de los que carecía en la cantidad precisa. Así les fue fácil a los franceses “apoderarse de la villa, puerto y su protección, el Castillo de San Fernando, el 29 de enero de 1809”, después de que el general francés, al mando de las tropas que entraron en Pontevedra, viese la importancia estratégica que tenía Marín como lugar costero.

La comarca pontevedresa se levantó contra el invasor alentados por Lucal del Val de A Lama, movilizando a los campesinos de Cotobade y Sotelo de Montes y extendiendo la llamada patriótica desde Caldas de Reis hasta O Morrazo, donde tomó el mando Juan Gago de Mendoza, señor del Chirleu, "hombre ducho en la guerra de mar, pues con sus hermanos se había dedicado a luchar con patente de corso contra los ingleses...". Lideró las "alarmas do Morrazo" contra los franceses en Pontevedra en marzo de 1809. Pero la gran hazaña militar de Juan Gago de Mendoza llegaría con la reconquista del fuerte de San Fernando (O Forte) que según documentación consultada "por aquella gesta sería destituido al no contar con la autorización de Pablo Morillo...". 

En abril de 1809 el fuerte seguía siendo guarnición francesa. Dos fragatas inglesas fondeaban en la ría apoyando el levantamiento. Una de aquellas embarcaciones estaba mandada por el capitán MacKinley con quien Gago de Mendoza se puso de acuerdo para expulsar al invasor de tierras marinenses. Y así fue como en la mañana del 4 de abril de hace algo más de dos siglos el corsario de Aguete con sus "alarmas por tierra y el desembarco de los ingleses en la playa de Almuiña atacaron Marín liberando la villa del opresor napoleónico". 

Con una breve una referencia a este acontecimiento publicada en una Revista General de la Marina concluyo este breve relato: "la victoria de la reconquista de Marín se debió a la alta moral de las alarmas do Morrazo al mando de Gago de Mendoza".

Comentarios