Opinión

Escaso de talento

CUANTO MÁS de cerca sigues lo que dicen y hacen algunos políticos más dudas tienes sobre la máxima "el hombre es el único animal que piensa". La duda es razonable, repasen la representación política del país y encontrarán una nómina amplia de dirigentes políticos que no piensan, al menos no piensan con raciocinio.

Pero no se flagelen porque la especie de servidores públicos descerebrados no es exclusiva de España, también florece en otros ámbitos incluida la Unión Europea como acaba de demostrar el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Este alto cargo dijo la semana pasada que la solidaridad de los generosos países del norte fue correspondida por los del sur, entre los que está España, gastando el dinero "en licor y mujeres" para pedir ayuda después de la juerga. En la entrevista en un periódico alemán recupera estereotipos negativos de los países sureños, que responden a viejos prejuicios, con la referencia intolerable a las mujeres.

No parece que Dijsselbloem haya leído un manual de cómo ganar amigos para la Unión Europea, que celebra el 60 aniversario en un ambiente hostil

Es posible que el presidente del Eurogrupo esté nervioso por el fracaso de su partido en las elecciones holandesas que le obligarán a dejar el cargo que desempeña en la UE. Pero eso no justifica una expresión tan zafia, grosera y repudiable hacia otros países, que revela que anda tan escaso de talento como corto de vergüenza.

No siguió el consejo de la escritora y activista estadounidense Lorraine Hansberry "nunca tengas miedo de sentarte un rato a pensar", entre otras razones para, parafraseando un viejo dicho nuestro, ser siempre dueño de tus silencios, nunca esclavo de tus palabras.

Además, debe estar muy seguro de su error. No dimite del cargo para el que no da la talla y tardó mucho en pedir disculpas tímidas por la alusión tan despectiva a las naciones sureñas. Debería saber que en España, Portugal, Italia y Grecia no estamos de juerga permanente, sólo sabemos buscar una calidad de vida razonable, siempre dentro de nuestras posibilidades.

¡Hay que ver en qué manos está el Eurogrupo!. Parafraseando al maestro Martin Ferrand, no parece que Dijsselbloem tenga mucho mundo o que haya leído un manual de cómo ganar amigos para la Unión Europea que celebra el 60 aniversario en un ambiente hostil.

Europa necesita políticos de más nivel e integradores que sumen adhesiones a su modelo político y económico cuestionado por muchos ciudadanos y amenazado por los populismos que la ven más como problema que como una solución. Y personajes como Jeroen Dijsselbloem restan.

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