Opinión

El motor del futuro

HAY UN momento terrible en la novela 'El Gran Gatsby'’, de Scott Fitzgerald, en el que hablan Jay Gatsby y Nick Carraway, la voz de la conciencia durante todo el libro. Gatsby quiere retomar su relación con la prima de Nick donde la dejó, pero este le previene: «No puedes revivir el pasado». Gatsby (Robert Redford en la película) le mira extrañado: «¡Qué tontería! ¡Claro que puedo!». Y aunque Nick tenía razón (no puede), tanto Gatsby como todos y cada uno de nosotros no paramos de hacer otra cosa. Por eso Repsol acaba de encontrar una gigantesca reserva de petróleo en el Ártico, porque sentimos nostalgia del ruidoso último cuarto del siglo XX. No hay que irse tan lejos. Yo mismo estoy en un equipo que se llama Praia de Augas Santas. ¡Ja! Ni en A Devesa llaman ya así a As Catedrais, pero esa sonoridad que huele a solitarios paseos por la playa es como un envoltorio de seda contra la sinrazón que a veces se vive allí. Al mundo no lo mueve el sexo ni el poder, como nos enseñaron, sino la nostalgia. La nostalgia por ser el único que consigue revivir aquel momento de felicidad. Y lo demás son instrumentos para lograrlo: Facebook, El Bulli, o Cachitos de Hierro y Cromo.

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