Opinión

Hablando de pensiones

LA PREOCUPACIÓN de los 8,6 millones de pensionistas actuales, 670.000 gallegos, no es solo por la pérdida del 9 por cien de poder adquisitivo de sus pensiones en los próximos seis años que anunció el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. También les preocupa la sostenibilidad del sistema de las prestaciones que corren serio peligro de sufrir ahora un hachazo e incluso de desaparecer en el futuro.

Los datos del problema de las pensiones hasta los entendemos los de letras. El envejecimiento de la población y la mayor esperanza de vida engorda la nómina de jubilados que cobran más años; la alta tasa de paro merma el número de cotizantes y los bajos salarios aportan bajas cotizaciones, lo que explica los menores ingresos del sistema. Mientras, aumentan el gasto de la Seguridad Social que arrastra una deuda considerable y ya está agotando las reservas de la hucha.

No salvará las pensiones ampliar la jubilación hasta los 70 años, ya que aquí se prejubiló a mansalva y se despide sin contemplaciones a trabajadores de más de 50

¿Se pueden salvar las pensiones? No con medidas de urgencia que solo suturan temporalmente la sangría de la Seguridad Social, como una dotación presupuestaria extra que genera más deuda, aumentar las cotizaciones, que llevará a más gente al paro, o crear un impuesto especial.

Tampoco salvará las pensiones ampliar la edad de jubilación hasta los 70 que proponen el gobernador del Banco de España y el señor Aznar sabiendo, como saben, que aquí se prejubiló a mansalva con bajas incentivadas y se despide sin contemplaciones a trabajadores de más de 50 años. ¿De qué sirve retrasar la edad de jubilación a los 70 si más de la mitad de los mayores de 55 no tienen trabajo? Si estos gurús, que tienen asegurados suculentos planes de jubilación, solo aportan la ocurrencia de hacer trabajar más tiempo a los viejos, los empleados de hoy pueden perder toda esperanza de cobrar la pensión el día de mañana.

Los expertos, que son los que saben, dicen que la clave está en la reactivación de la economía que genere puestos de trabajo de calidad que aporten más cotización, acompañada de reducción de gasto público. Es la fórmula para restablecer el equilibrio entre ingresos y gastos que sanee y dote a las cuentas de suficiencia financiera para sostener el sistema.

Con todo, la preocupación de los pensionistas actuales y futuros está justificada porque las pensiones no están aseguradas y esa preocupación debería agudizar el ingenio del Pacto de Toledo para encontrar la solución al problema porque "con las cosas del comer no se juega".

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