Opinión

Marín, qué hacer con la Casa do Mar

LA CASA del Mar fue construida con cargo a la Seguridad Social hace escasos cuarenta años cuyas obras fueron adjudicadas al contratista marinense Adolfo Quintela en la cantidad de 40 millones de pesetas. Con el reciente traslado al nuevo Centro de Saúde de los servicios médicos que allí se dispensaban ésta queda ahora a la espera de un nuevo uso como así lo reclaman cada uno por su lado los cuatro grupos (PP, PSOE, BGN, MAREA) que ya dieron a conocer sus opiniones de cara a buscarle el destino oportuno, desde su punto de vista politico, posturas que por cierto no son disparatadas aunque si bastante diferenciadas.

La ocasión del debate no es desaprovechada por el BNG que toma la iniciativa de ir por libre, en un tema que a mi entender debería ser propuesto conjuntamente, y presenta en el pleno una moción en la que insta al gobierno local a realizar gestiones ante ISM y la Seguridad Social (cosa que el gobierno local dice ya viene haciendo desde meses atrás) para que la edificación pase a manos del Concello y poder así dedicarlo a "dar acollida a un centro cívico para á xuventude e a centro social".

Lógicamente todos los demás grupos dieron la espalda a la propuesta de los nacionalistas pues ya tenían la suya propia: el PP, habla de "un uso distinto al propuesto -sin decir cual- para el que estamos realizando un estudio"; el PSOE, aboga por "un centro de día" y pone de manifiesto que "debe ser el gobierno local quien gestione dicha instalación", mientras que Marea Marín con mejor criterio sostiene que "o uso da Casa do Mar debe darse nun debate repousado non só protagonizado polos partidos políticos senon tamén consensuado coa veciñanza, colectivos, asociacións...".

Construir ahí un auditorio o un centro multiusos, como insinúa el PP, que venga a cubrir la carencia de locales públicos donde dar cabida a la intensa actividad cultural que programan a lo largo del año las distintas asociaciones marinenses, es histórica y, como tal, el problema necesita una rápida solución que pasaría por ser estudiada por quienes serían sus usuarios, es decir las diversas asociaciones socioculturales con las que cuenta Marín junto con los representantes de los ciudadanos, los partidos políticos tanto en el gobierno como en la oposición. No debería pues el equipo gobernante desechar la petición de Marea Marín de crear un grupo de trabajo en el que una vez puestas sobre la mesa todas las propuestas consensuar la más aconsejable, de igual manera que se ha hecho en otras ocasiones cuando se trata de asuntos de tanta trascendencia para los vecinos.

Desde luego si a mi me preguntasen qué hacer con la Casa del Mar sin lugar a dudas me decantaría por una gran infraestructura multiusos sociocultural, por no decir un auditorio. Pero eso solo es una opinión a la que tengo derecho y así la expongo.

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