Opinión

Un día black

EL TEMA del día es el agujero negro en el PSOE, la tarjeta roja (o azul) que le acaban de sacar a Pedro Sánchez, pero a semejante socavón tardaremos en verle el fondo y prefiero tener un recuerdo para toda esa peña de sufridores de las preferentes, hipotecas con cláusulas suelo o comisiones bancarias a saco. El juicio por las tarjetas black es, como se preveía, una mina sobre la desvergüenza.

No sé si siguen la poesía que destilan las intervenciones del fiscal anticorrupción, Alejandro Luzón, rechazando los motivos de las defensas de 65 acusados que quieren parar la vista y dejar las pruebas en agua de borrajas. ‘Han intentado sacar agua de las rocas y la poca que ha salido no es potable’, les dijo a los abogados en su intento de invalidar los extractos de esas tarjetas opacas con las que esta ristra de ‘directivos’ se fundieron 12,5 millones de euros de Bankia mientras usted y yo sudábamos ante el cajero con el extracto de cuenta a mediados de mes. Hay más pasta pero el uso fraudulento, o robo si lo prefieren, está prescrito.

Los consejeros de las black que alegan derecho de intimidad, tenían barra libre con el plástico. Y con la entidad ya hecha unos zorros, intervenida y salvada con dinero de todos vía FROB, llegó Rato. Y como sus chicos altos cargos ya no podían ganar más de 600.000 euros de sueldo oficial anual, emitió más tarjetas. Por sus santos. Me pregunto si algún día conoceremos el desglose de país que nos han dejado.

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