Opinión

Retóricas

SALVADO EL hartazgo de la jarana electoral, no indicado para los amantes del sosiego, lo cierto es que resulta incluso divertido ver cómo se retuerce y deforma el desenlace de la consulta enmascarando la evidencia; cómo se rizan eufemismos, retóricas y evasivas para trocar derrotas, que ya son, por victorias que quisieran ser, en vez de proclamar con humildad el mea culpa del fiasco. En Marea, por ejemplo, fracasó en su cacareada y fundamental expectativa: jubilar a Feijóo, quedando el sedimento de una leve diferencia que relega a los socialistas en porcentaje de votos, no en escaños. Y lo venden como conquista de cambio y de futuro, pasando de puntillas por el revés, que achacan a la falta de tiempo para explicarse. Otro. El BNG malogró un escaño y también lo califica de éxito, considerando que estaba desahuciado por las encuestas. A los socialistas no les quedó otro remedio que no mentir. Sigue sin entenderse; según se cacarean las victorias cuando toca, ¿por qué no se asumen las derrotas como un ejercicio democrático? ¿Qué se consigue con adulterar la realidad cuando nadie comulga con ruedas de molino? Mosquear al personal.

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