Opinión

Núñez Feijóo o la llave de la Moncloa

RAJOY ESTABA asediado. Encabezados por Aguirre, varios pesos pesados del partido lo cuestionaban y, mediáticamente, Pedro J. y Losantos -todavía en Cope- lo ninguneaban cada mañana en el quiosco y en el dial. Siguió vivo gracias a un congreso del partido organizado por el amiguísimo Camps en su casa, quedando neutralizados en Valencia la lideresa y sus adláteres. Cita electoral a cita electoral, los datos no mejoraban y las municipales fueron demoledoras. Se cuenta que entonces Rajoy decidió entregarse a la campaña gallega y patear su propia comunidad en un último intento de consolidarse en sus peores tiempos, que eran los mejores de Zapatero. Feijóo batió entonces a Touriño y Rajoy empezó a afianzarse y a hacerse con las riendas del tormentoso PP postaznarista. Él se había mojado en la campaña gallega y se (le) reconoció como coautor de la liquidación del bipartito y del "cambio de tendencia" que lo llevaría hasta la presidencia. Siete años después, y tras la proclamación por parte de los estadistas del fin de las mayorías absolutas, Feijóo da un golpe de autoridad y, lo que es más importante, el PSOE rompe su suelo en Galicia y País Vasco. Ahora, sólo queda escuchar a Pedro Sánchez para saber si Galicia vuelve a tener la llave de Moncloa.

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