Opinión

Había más bandidos

CUANDO EL 9 de marzo de este año el Viking entró en el puerto de Yakarta después de haber sido apresado por la Armada de Indonesia a finales de febrero, Siddharth Chakravatry, capitán del Sam Simon de Sea Shepherd, posiblemente llevado de la euforia, declaró que “el Viking era el último de los furtivos de merluza negra”. Más cauto fue al día siguiente el capitán Paul Watson de la misma organización ecologista al afirmar que los furtivos de merluza negra habían sido expulsados de aguas antárticas pero quedaban otros. El Viking fue explosionado por la Armada de Indonesia a mediados de marzo. De algún modo, finalizaba así la Operación Icefish. La misma significó el fin de los conocidos como “seis bandidos”: el Thunder, el Perlon, el Songhua, el Yongding, el Kunlun y el Viking. Todos involucrados en la pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (pesca INDNR) o Ilegal, Unreported and Unregulated (IUU) Fishing. Lamentablemente, algunos de ellos estaba relacionado con Galicia.

Durante años, España fue acusada en los foros internacionales de connivencia con la pesca pirata. De hecho, en 2005, la Comisión Europea criticó duramente las subvenciones a cierta empresa gallega relacionada con alguno de los “seis bandidos”. Sin embargo, la reforma de la Ley 3/2001 de 26 de marzo de Pesca Marítima del Estado, realizada por la Ley 33/2014, ha convertido a España en una referencia internacional en la lucha contra la pesca INDNR. Fruto de la misma han sido las operaciones Sparrow I y II.

Consecuencia de la Sparrow I, en diciembre del año pasado se hizo pública la propuesta de resolución por parte del Estado español. La misma recogía 48 infracciones administrativas —44 de ellas consideradas muy graves— sancionadas con multas que ascendían a 17,84 millones de euros, junto con penas de inhabilitación para el ejercicio de actividades pesqueras entre los 5 y los 26 años. Las sanciones fueron consideradas a nivel internacional como las más altas jamás impuestas por un Gobierno de la Unión Europea. La actuación sin precedentes llegó a merecer el aplauso público de tres ONG internacionales coaligadas de la talla de Environmental Justice Foundation, Oceana y WWF, quienes instaron a los demás países de la UE a aplicar medidas similares en la lucha contra la pesca pirata.

Hace unos días han comenzado a aflorar los frutos de la Operación Sparrow II. Una intervención donde destacaron las inspecciones realizadas durante los días 28, 29 y 30 de julio del año pasado en varias empresas de las provincias de A Coruña y Pontevedra. De aquella, la documentación incautada superó los 10.000 documentos. Ahora, se ha iniciado un expediente para depurar responsabilidades de viejos conocidos como el Viking, pero también de nuevos, caso del Seabull 22, quien, cuando menos ha cambiado de nombre en ocho ocasiones. A saber: Carmela, Itziar II, Golden Sun, Notre Dame, Mare, Gold Dragon y Mare Serenitatis. Desear que fuese el último depredador de los mares, por desgracia, se muestra como una ilusión de difícil realización a día de hoy.

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