Opinión

Sondeos de traca

LA RAE considera la demoscopia como el ‘estudio de las opiniones, aficiones y comportamiento humanos mediante sondeos de opinión’. No dice, como es natural, que sea ciencia exacta, por lo que está sometida a vaivenes, interpretaciones y errores. Otra cosa es que los traspiés sean tan clamorosos como los servidos en las últimas encuestas preelectorales y sondeos a pies de urna. El gran fracaso solo puede entenderse desde el escaso rigor que se les supone a algunas, se sospecha que cocinadas para satisfacer el deseo de determinados clientes o de las propias empresas de opinión, más que extraer una previsión ajustada a lo que transmite la lógica, con sus márgenes de error. O que los encuestados, si es que se les pregunta, sean unos mentirosos que digan una cosa y piensen otra. Tampoco deja de ser llamativo que todas pifien con tanto estrépito a la vez, solo con ligeras diferencias, lo cual es más intrigante todavía. En los últimos años fueron frecuentes los desaciertos demoscópicos, pero se suponía que los previsibles avances del método evitarían patinazos. O no hubo avances o se pretende enmascarar con fantasías la realidad.

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