Opinión

Carlos Prado, pasión por el medioambiente

EL PERIODISMO medioambiental es un vehículo fundamental para dar a conocer los problemas medioambientales y las iniciativas enfocadas a un desarrollo sostenible. Con el fin de reconocer el trabajo de los profesionales en este campo la empresa Befesa (firma internacional de reciclaje), con la colaboración de la Asociación de la Prensa de Huelva, hizo entrega ante representantes políticos, empresariales y periodísticos de sus IIIPremios de Periodismo Medioambiental, que este año reconocen la labor del joven periodista marinense, Carlos Prado Pampin, reportero de La Sexta. Merecida distinción por "el lenguaje didáctico y objetivo empleado por el premiado para trasladar al espectador con rigor temas complejos de forma sencilla", resume el jurado.

Joven promesa marinense dentro del competitivo mundo del periodismo a Prado Pampín ya desde pequeño le gustaban los animales demostrando especial pasión y respeto por el medioambiente y la naturaleza, algo que aún hoy en día lleva dentro. Inicia sus estudios de bachiller en el Salvador Moreno (hoy Illa de Tambo) donde comienza a despertar en él cierto interés por estudiar biología aunque después derivaría su predilección por el periodismo licenciándose en esta especialidad en la USC, pasando antes por la Escuela de Imagen y Sonido de Vigo.

En sus inicios en la profesión, que empieza a ejercer en la delegación que La Sexta tiene para Galicia en A Coruña, Prado Pampin se encarga de los temas relacionados con el medioambiente: incendios, contaminación de las Rías, vertidos... denunciando en cada momento las agresiones a la naturaleza. "Cuando llegué a Madrid ya exploté esa sección a tope, gracias a que La Sexta apuesta por los temas medioambientales siendo una de sus líneas editoriales", nos dice. Precisamente en su intervención en la entrega del premio destacó "la importancia del periodismo para hacer visibles las problemáticas que afectan al medioambiente".

Como gran profesional que es, esta joven promesa marinense tiene una meta: seguir trabajando en este tipo de temas porque hace falta que la gente se de cuenta de que la naturaleza no es infinita, que estamos en mundo con recursos limitados y que nos lo estamos cargando a pasos agigantados. El aire que respiramos está contaminado, los ríos bajan sucios, los bosque desaparecen... Hay que contarle a la gente lo que está pasando para que tome conciencia del problema".

Pero además de la pasión que siente por su profesión y el medioambiente, Carlos Prado es un apasionado de su familia y del pueblo donde vio la luz hace 34 años. No deja de acudir a Marín cada vez que puede para reencontrarse con tantos recuerdos: sus compañeros de colegio Carballal de Viñas Blancas y los del instituto. Pero sobre todo echa de menos en ese Madrid donde reside por motivos laborales la playa de Mogor: "Es una gozada bajar a la playa antes de comer o a darse un chapuzón al final de la tarde cuando el sol del verano empieza a meterse por el horizonte...".

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