Opinión

Cincuenta horas con Mario

SEGÚN LA esquela, inicio del relato, Mario Diez Collado, catedrático de instituto, falleció el 24 de marzo de 1966 a la edad de 49 años. ¡Hace ya cincuenta años!, así de rápido corre el tiempo. Dejaba esposa, María del Carmen Sotillo, Menchu, y cinco hijos. En diciembre de ese año veía la luz una de las mejores obras de la literatura contemporánea castellana. Un retrato sin igual de la mentalidad, del lenguaje, de los valores, de los tópicos... de la España de ese momento. Este año se cumple medio siglo de la publicación de Cinco horas con Mario, un documento vivo de la época insuperable. Cinco décadas después, ¿siguen vigentes en nuestro país mentalidades como la de Menchu, reflejadas con una genial maestría por Delibes?

Josefina Molina y José Sámano adaptaron la obra para el teatro con la puesta en escena de la primera, y producción del segundo. El estreno tuvo lugar en el Teatro Marquina de Madrid el 26 de noviembre de 1979. Con uno de los monólogos-diálogos más espléndidos de la escena, Lola Herrera dio vida aquel día a Carmen Sotillo, a Menchu. Un personaje que cambió para siempre su trayectoria teatral y la convirtió en una de las grandes de las tablas españolas. El estreno fue un pequeño fiasco. Al levantarse, el telón se llevó por delante una mesa que había en primer término. Por simple casualidad, y mucha suerte, no cayó al patio de butacas. Sin embargo, el éxito fue arrollador, todo un suceso teatral. En Barcelona, en un teatro con cabida para mil espectadores y con dos funciones, ¡había reventa! Quien esto escribe, unos cuantos años después asistió a su representación en Pontevedra, en el Teatro Malvar. A quien de aquella era un adolescente, la obra y la interpretación de Lola Herrera lo marcó para siempre. Es uno de los buenos recuerdos de mi juventud.

Ahora, casi 37 años después del estreno y más de 2.000 representaciones, coincidiendo con los cincuenta años de la publicación de la novela y cien de la inauguración del Teatro Reina Victoria de Madrid; doce años después de haberlo hecho por última vez, la premio Max de Honor, Lola Herrera, vuelve a ponerse de luto por Mario. Lo hace con 80 años cumplidos. En el evento le acompañan dos de los padres de la criatura: Josefina Molina con la puesta en escena y José Sámano en la producción. El principal, Miguel Delibes, como es bien sabido, ya nos ha dejado. El marco es el citado Teatro Reina Victoria. Las funciones comenzaron el pasado 4 de mayo y, en un principio, únicamente estaba prevista la representación durante seis semanas. Se prorrogaron hasta el 26 de junio y las entradas están prácticamente agotadas.

Líneas arriba preguntaba sobre la vigencia de los planteamientos de Menchu. Este país ha cambiado mucho en los últimos cincuenta años. Las inquietudes de Carmen Sotillo por el seiscientos o la cubertería de plata están superadas, aunque otras ocupan su lugar. Ahora es el "fueraborda, un todoterreno, unas vacaciones en Cancún. Pero sigue habiendo mujeres que se quejan porque no han cubierto algunas de sus necesidades...", decía Lola Herrera en una reciente entrevista. Hemos cambiado y mucho, pero...

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