Opinión

Adiós dinero

SE VE venir. Malas noticias para quienes sobrellevan apego, se regocijan del dinero físico, billetes o monedas. Se acaba el disfrute de contar y recontar, de esconderlo bajo el colchón. Alguien dijo que "un hombre con monedas que tintinean en el bolsillo, aunque no las pueda gastar, tiene un consuelo". Pues habrá que conformarse con el tintineo del móvil o de la tarjeta, con la calderilla digital, por la que ya apuestan países como Dinamarca, que no aprobó el abandono total de la pasta por presión de la gente mayor, pero se adivina el carpetazo. Corea del Sur planea eliminar las monedas en 2020. Como todo es cuestión de hábito, pronto nos acostumbraremos al manejo del trasto móvil inteligente. Incluso puede ser más cómodo, más funcional y más higiénico. En España, dicen, ya existen 700.000 datáfonos con capacidad de pago por el celular. Los falsificadores de moneda tendrán que forzar el magín para redescubrir nuevos métodos de engaño. Les será fácil. Y los trabajadores de banca o aspirantes a serlo habrán de escudriñar nuevos horizontes de tajo. La repera.

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