A NADIE sorprende que no se llegase a ningún acuerdo por un pacto de investidura del futuro presidente del Gobierno, entre otras razones porque los actores llamados a alcanzarlo son como niños. O peor. Iban a solucionar sus problemas personales. En cualquier patio de colegio hubiese confluido alguna solución más sensata que las aportadas por ellos. ¿Qué se puede esperar de los autollamados progresistas/renovadores cuando lo único que pretenden es deshacer lo de sus antecesores sin aportar nada para mejorarlo? Está muy bien que se cambien cosas si se aporten enmiendas y soluciones que corrijan lo que se considere perjudicial, pero desbaratar por el hecho de anular al contrario es una temeridad que el ciudadano no se merece ni debe aceptar. Están jugando a trucos de ningún recorrido y eso es muy peligroso, ideologías aparte. Rencores y venganzas jamás resolverán nada rehusando la sensatez y repudiando el diálogo. Se ha visto que la única aspiración del señor Sánchez era llegar al sillón presidencial, a costa de lo que fuese y sin importarle para nada la gobernabilidad del país. Chiquilladas las justas, oiga.
