Opinión

Ataque al corazón de Europa

EL DÍA 11 de septiembre de 2001 no solo se vinieron abajo las Torres Gemelas, todo un símbolo de Nueva York. Con ellas también se cayó de algún modo nuestro concepto de seguridad. Desde entonces estamos inmersos en lo que algunos analistas llaman la "guerra líquida", alimentada por la sinrazón y el odio. En ella no hay unos frentes definidos y los ejércitos son invisibles. Pero su objetivo es claro: causar daño y terror de forma indiscriminada entre la población civil. Hace unos meses fue en París. Antes, en Madrid, Londres... Ahora en Bruselas. ¿Y mañana? Como dijo Manuel Valls, el primer ministro francés, "próximamente habrá otro atentado en cualquier lugar". Solo falta saber "dónde y cuándo". 

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