Opinión

¿Y la sueca?

DOÑA CECILIA Malmström era, hasta no hace mucho, la Comisaria europea de Interior. Hoy, la señora Malmström, sigue siendo comisaria, pero la han cambiado de departamento y, ahora, se dedica al comercio en el Edificio Berlaymont de Bruselas. La señora Malmström es sueca y se dio a conocer en nuestro país por haber puesto a parir y culpar a la Guardia Civil de la desgracia que ocurriera hace tiempo en Ceuta, en donde fallecieron 15 emigrantes africanos que trataban de pasar a Europa. Doña Cecilia que sabe muchos idiomas se puso en jarras y sacó la lengua a paseo, manifestando al mundo entero que por parte de la Guardia Civil “se utilizó una fuerza en modo tal que 15 personas se ahogaron”. Ya hay que tener mala leche. Y es que hasta los suecos que son unos ciudadanos bastante fríos se ponen cachondos cuando un periodista les pone la alcachofa. Doña Cecilia que es una mujer culta y muy preparada no puede hablar a la ligera. Y, además, no conoce a la Guardia Civil para juzgarla como lo hizo. Seguramente si se informase que es la Guardia Civil y supiese de qué pasta están hechos sus hombres y mujeres se estaría calladita. La infalible señora Malmström imputó directamente a los guardias de homicidio involuntario y se quedó tan ancha. Y es que Doña Cecilia, es una reputada progre que subsiste de la política desde hace ya unos cuantos años y vive felizmente con su familia allá arriba en Suecia. Muy, muy lejos de Ceuta y Melilla, en Gotemburgo, donde pasea con su familia, siempre que se lo permiten sus graves ocupaciones, por los parques del interior de la ciudad. Magníficos parques como el Vasaparken que es un paraje natural con alamedas donde está ubicada la Universidad de Gotemburgo. O el parque Trädgårdsföreningen donde se ubica el Jardín Botánico de la ciudad; y el parque Söderlingska o el de Slottsskogen que perteneció a la casa real Sueca. Y es que en esos parques uno respira paz y tranquilidad y no consta que por allí acampen bajo plásticos emigrantes africanos hambrientos y desesperados a la espera de una oportunidad que les saque de la miseria. De ello, ya se ocupan eficazmente los colegas de Interior del país de doña Cecilia y sus fuerzas de seguridad. El pasado jueves la policía austríaca halló en un camión frigorífico abandonado en el arcén de una autopista los cadáveres de 71 personas, probablemente refugiados sirios. Entre los fallecidos había cuatro menores. El diario ‘Österreich’ ha calculado que en un espacio de apenas 15 metros cuadrados y sellado herméticamente, como era el caso del compartimento de carga del camión, 71 personas habría muerto por falta de oxígeno al cabo de 63 minutos. Los policías austríacos hallaron los cuerpos, unos encima de otros y en estado de descomposición. O sea que el problema va subiendo en el mapa y, ahora, todos estos burócratas de Bruselas piden papas y una ayuda que ellos mismos le negaron a España cuando nuestro país la solicitó. Ceuta y Melilla estaban muy lejos. Y ¿que pensara de esos 71 cadáveres del camión la señora Malmström? Pues nada. Silencio total. Ella seguirá paseando por Gotemburgo con su escolta, que pagamos todos. Faltaría más.

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