EL PATINADOR Javier Fernández, campeón del mundo en 2015, decía en una entrevista reciente que España es "puñetera" con sus deportistas. Alegaba que se valoraba al que está arriba cuando gana, para después caer en el olvido cuando pierde. Más que ser puñetera con el perdedor, España es muy hipócrita en ocasiones. Cuando los medios se dedican a hablar exclusivamente de fútbol, buena parte del público alerta de la poca atención dedicada a los deportes minoritarios. Y luego son esas mismas personas las que veneran a Fernández sin haber visto uno solo de sus ejercicios sobre hielo o a Carolina Marín sin disfrutar de un partido de bádminton en su vida. Eso es hipocresía. Demandar a la prensa, que sin duda es también culpable, una mayor dedicación a ciertos deportes cuando ellos mismos no se la dan. Al final, los medios se basan en la oferta y la demanda. Un artículo sobre un cruce de declaraciones entre los dos futbolistas del momento alcanza, por supuesto, mucha mayor audiencia que el mejor resumen de un torneo de gimnasia. Quizás no hay un solo culpable y toca reflexionar en conjunto.
