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El eclipse del Bloque

LA CONVERSIÓN de la clásica manifestación del BNG del 25 de julio en un acto ciudadano convocado por intelectuales y artistas se comenzó a fraguar en una discreta reunión que mantuvieron hace casi un mes Xosé Manuel Beiras y el actual líder del Bloque, Xavier Vence. Ambos querían mantener en secreto una negociación que se preveía incierta, pues tiene como telón de fondo el intento de confluir en una candidatura gallega en las elecciones generales de finales de año.

Después hubo más encuentros, como uno en el que también participó el secretario general de la UPG, Néstor Rego, de manera que Beiras volvió a encontrarse con el partido que fue su socio en los años dorados del BNG y con el que después rompió abruptamente tras su defenestración como portavoz nacional, para acabar derrotándole, ya fuera del Bloque, en las autonómicas de 2012.

En esos contactos se manifestaron una serie de desconfianzas mutuas, pues en la dirección del Bloque señalan que existen varias versiones de Anova, el partido de Beiras, la del propio líder, más proclive a un entendimiento con el nacionalismo, y la de Martiño Noriega, más alejado del BNG y más partidario en profundizar en las alianzas con Podemos y Esquerda Unida. En la dirección de Anova aseguran, en cambio, que a Vence lo desautoriza la UPG, que no está dispuesta a ir tan lejos como él proclama.

La primera manifestación del Día da Patria no convocada por el BNG da  moral al nacionalismo, aunque no sirve para que Beiras se comprometa con una lista unitaria para las generales

El clásico culebrón de reuniones, manifiestos y movimientos tácticos tan habitual en el nacionalismo y la izquierda esta vez desembocó en toda una novedad, la manifestación unitaria del Día da Patria, que fue la más concurrida de los últimos años e inyecta moral al nacionalismo ante las generales, en las que el BNG se arriesga a quedarse fuera del Congreso por primera vez desde 1996. Sin embargo, Anova no se ha pillado los dedos, porque, aunque Beiras asistió, este partido no apoyó expresamente la manifestación. Y mantiene su negociación con Podemos para intentar crear una marea gallega.

Los contactos prosiguieron en Galicia después del fracaso de la visita de Pablo Iglesias de hace tres semanas, cuando no logró convencer ni a Beiras ni a las mareas de su propuesta de una coalición para las generales bajo la fórmula de Podemos-marea galega o similar. Iglesias todavía confía en llegar a un acuerdo, que quizá pudiese lograrse a través de una alianza que no lleve el nombre de Podemos, pero con la condición de que el logotipo de este partido sí figure en la papeleta electoral. Todavía hay tiempo, pues no hay que olvidar que la Alternativa Galega de Esquerda (Age), la candidatura de Beiras y Esquerda Unida para las autonómicas de 2012, no se formalizó hasta que expiraba el plazo legal.

Si llega a cuajar esa alianza de las mareas, Anova, Esquerda Unida y Podemos, resultaría bastante improbable que el BNG se sume. Las mareas son reticentes a la participación del Bloque, pues creen que les restaría votos al tratarse de un partido de la vieja escuela. Así, resultan significativas las ausencias en la manifestación de ayer de los alcaldes de A Coruña y Santiago, Xulio Ferreiro y Martiño Noriega, ambos exmilitantes del BNG.

De momento, lo relevante ha sido la constatación de que, tras el fracaso de las autonómicas y el batacazo global de las municipales y a la vista de que podría quedarse sin los escaños de Madrid que le reportan casi la mitad de sus ingresos, el BNG está dispuesto a eclipsarse, a prescindir de sus siglas y a renunciar al monopolio del nacionalismo que disfrutó durante lustros y que ya perdió electoralmente. Y ese fue el paso que se escenificó ayer en A Quintana, aunque siguiese habiendo muchas banderas del BNG y de la UPG, como un recordatorio de que siguen ahí.

Besteiro intenta salvarse en la Audiencia Provincial


Tras anunciar el lunes que dimitiría como miembro del Consello de Contas si seguía imputado después de declarar ante la jueza de Padrón que instruye el caso de la Fundación Cela, el exconselleiro Dositeo Rodríguez se corrigió a sí mismo. El miércoles, después de salir del juzgado tan imputado como había entrado, este político de 79 años que dirigió la maquinaria administrativa de la Xunta de Fraga explicó que va a esperar a que la jueza se pronuncie sobre el escrito de sobreseimiento que van a presentar sus abogados.

El caso de Rodríguez muestra que la “desimputación” instantánea suele ser una quimera irrealizable, aunque con frecuencia el imputado alimenta previamente la idea de que él va a demostrar su inocencia con tal nitidez que todas las sospechas desaparecerán de inmediato. En este caso también se percibe la confusión que genera la equiparación de las responsabilidades políticas con las penales, pues el problema de Rodríguez reside en que, aunque no cometiese delito alguno, su presencia en el órgano rector de la Fundación Cela debería inhabilitarle para seguir en el Consello de Contas, el organismo que supervisa el funcionamiento contable de la autonomía. En la Fundación Cela, en la que trabajaba también la hija de Rodríguez, se produjeron graves irregularidades, como la de pagar con fondos públicos gallegos al personal doméstico de la viuda del escritor en su casa de Madrid según sostiene la fiscalía.

Desde hace unos meses los imputados que comparecen ante la jueza de Lara se niegan a declarar. Pero no parece que Besteiro se pueda permitir ese silencio

Mucho más relevante políticamente va a ser la comparecencia prevista para el próximo viernes del secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, ante la jueza de Lugo Pilar de Lara, que le imputa cuatro delitos relacionados con la parcela de O Garañón y la compra y rehabilitación de su piso en la avenida de Ramón Ferreiro. Una vez que el PSOE acaba de sacrificar a sus vacas sagradas Chaves y Griñán, Besteiro necesitaría salir del juzgado libre de imputaciones, pero si eso ya es normalmente casi imposible de conseguir, tratándose de Pilar de Lara resulta todavía más improbable.

En estas circunstancias, Besteiro comenzó esta semana a poner en marcha su estrategia de defensa con un recurso en el que sus abogados señalan múltiples causas de nulidad del sumario contra él y en el que acusan a la jueza de abrir una causa ya archivada. De Lara rechazará previsiblemente esta impugnación y Besteiro la elevará a la Audiencia Provincial de Lugo, en la que podría jugarse su futuro político.

Desde hace unos meses los imputados que comparecen ante la jueza de Lara se niegan a declarar. Pero no parece que Besteiro se pueda permitir ese silencio en su delicada situación política actual. Además, él ha asegurado que tiene documentación para demostrar cómo pagó su piso. En el PSdeG existe el convencimiento mayoritario de que su líder lo va a tener muy difícil para resistir en el cargo si su situación de imputado se consolida el viernes. Para lograr aguantar mientras espera a ver si la Audiencia Provincia lo libera, Besteiro necesita efectuar una defensa contundente, no sólo ante la jueza sino también ante la opinión pública.

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