Opinión

Marín, el tren optimiza el puerto

EL MES en el que andamos se cumplen trece años de la inauguración del ramal del ferrocarril al Puerto de Marín, acto que tuvo lugar después de un año de intensa oposición vecinal. A lo largo de todo este tiempo se han producido dos hechos judiciales respecto a su posible ilegalidad. Por una parte, el primero en 2007, cuando su paso por Placeres es declarado ilegal por sentencia del TS “porque los pasos a nivel ferroviarios no pueden atravesar en superficie un espacio urbanizado” planteándose como solución el paso subterráneo del convoy; y por otra, y en segundo lugar, en el pasado mes de mayo en que el alto tribunal da el visto bueno a la alternativa de Fomento de mantener la vía del tren en superficie por la razón de que su soterramiento tendría un elevado coste económico. Esta última sentencia resolvía el conflicto vecinal y consolidaba el tren al puerto. Un hecho que a partir de entonces repercute indiscutiblemente en el crecimiento de la actividad portuaria, hasta tal punto, que según datos estadísticos el 15 por ciento de todas las mercancías portuarias se mueve por este medio de transporte. La memoria 2014 editada recientemente por la Autoridad Portuaria refleja que a través del ramal ferroviario se movieron más de 297.000 toneladas en un total de 11.964 vagones cifras (algo más bajas que en el año anterior) “que lo ponen a la cabeza de los puertos en utilización de transporte combinado”.

La importancia que el tren tiene para Marín es tal que el ente portuario marinense con el fin de ampliar su capacidad operativa acaba de rematar las obras de ampliación de la red ferroviaria que pronto entrarán en servicio.

La inauguración del tren al Puerto de Marín tuvo lugar el 10 de julio de 2002. El entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga cortaba la cinta inaugural dando salida a una antigua locomotora (reliquia de museo) que trasladaría a los invitados, algunos ataviados con traje de época, desde la estación de Pontevedra hasta el puerto. La comitiva que iba a bordo disfrutaría durante el recorrido de hermosas vistas de la Ría en contraste con la Celulosa que la ‘roza’ a su paso y la estación depuradora, hasta llegar a la plaza de Placeres donde el tren se paró antes de atravesarla comprobándose que no acarreaba ningún peligro tal como alertaban los vecinos.

Según podemos leer en la prensa del momento Manuel Fraga parafraseó a Castelao: “Hoy es el Alba de Gloria para el puerto, para Marín, para la provincia de Pontevedra y, en general, para Galicia” palabras que sonaron previas al Himno del Antigo Reino de Galicia interpretado por la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense. Y así fue como la línea de ferrocarril al Puerto de Marín se convertía en aquel julio de hace trece años en una realidad esperada desde hacía casi siglo y medio desde que fue aprobada (1870) por el Gobierno de España.

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