Opinión

El fútbol, todo eso

EL FÚTBOL, además de goles y espectáculo, que no siempre lo es, contiene y ofrece los ingredientes del aplauso, del cabreo, del infarto, del soponcio, de la pataleta, de la decepción, del sufrimiento, de la satisfacción, de la euforia o del aburrimiento, por citar algunos de los variados estados de ánimo que afectan al forofo, sin los que no levantaría las pasiones que exalta. Acabó la Liga en Primera y hay para dar y tomar, como siempre ocurre. Pero pocos lo habrán vivido con la intensidad e incertidumbre de los seguidores del Deportivo, que del peor de los presentimientos se vieron de pronto envueltos en una nube que borraba todos los peores augurios y alimentaba de paso suspicacias entre los mal pensados, no dando crédito a lo que acontecía en el Camp Nou. Cierto que no eran pocos los lucenses que ansiaban ver de nuevo al equipo coruñés como rival del Lugo, como ya lo fue la anterior temporada, pero habrá que esperar peor ocasión; ahora solo cabe celebrarlo por el bien y el prestigio del fútbol gallego, que seguirá una campaña más con dos representantes en la máxima categoría.

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