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El tsunami tiró el castillo de Soutomaior

EL PP VIVIÓ ayer una auténtica hecatombe, por la acción combinada del viguismo de Caballero, el amurallado PSOE de Lugo, el auge de las mareas coruñesas y la resistencia de Lores.

Si Rajoy quiere abrir el próximo curso político al pie del castillo de Soutomaior va a tener que pedirle las llaves a Abel Caballero. Este es el resultado práctico más espectacular de las municipales de ayer en Galicia, que da idea de la magnitud de la hecatombe del PP. Su hundimiento superó cualquier previsión, al convertirse en el conjunto de las más optimistas estimaciones de sus diversos oponentes. La amalgama de la resistencia en sus enclaves del bastante menguado BNG, el auge del localismo de Caballero, el irresistible encanto de la política alternativa en Compostela y A Coruña, el giro a la izquierda del péndulo ferrolano y la amurallada resistencia del socialismo lucense generó una marea viva gigante. Ni la barrera natural de las Cíes pudo impedir que, tras formarse en A Coruña y extenderse hacia Santiago cual apostólica barca de piedra, el estallido del descontento contra el PP acabase en un tsunami que derribó los muros de la fortaleza de Pedro Madruga, en el fondo de la ría de Vigo.

Todos los veranos Rajoy anuncia que en doce meses España estará mejor, delante del castillo que simbolizaba su vocación de numantina resistencia

En sus iniciáticos tiempos de jovencísimo presidente de la Diputación de Pontevedra, Rajoy impulsó la compra de esta fortaleza. Todos los veranos Rajoy anuncia que en doce meses España estará mejor, delante del castillo que simbolizaba su vocación de numantina resistencia. Su pérdida supone una señal más de que el pontevedrés se halla en el tiempo de descuento en la Moncloa desde la publicación de la presunta contabilidad ilegal del PP justo cuando, como había hecho antes Zapatero, aplicaba los ajustes brutales que impuso la troika. Por eso el hecho de que la crisis no haya ido a más y que remita lentamente no tiene el efecto electoral que él esperaba.

Aún sin resultados oficiales de estos antediluvianos organismos, la información disponible apunta a que el PP ha perdido las diputaciones de A Coruña y Pontevedra, mientras no lograba reconquistar la de Lugo y sólo salvaba la de Ourense, que en realidad no es tanto del partido como de una familia, que, al margen del tsunami, ha completado la sucesión dinástica, de Baltar I a Baltar II. Este parte de guerra provincial es inaudito, pero además se completa con un balance municipal del mismo tenor, pues los populares sólo son la primera fuerza en Lugo, Ferrol y Ourense, ciudad esta última que es la única en la que a priori tienen serias posibilidades de gobernar, aunque sea dependiendo de pactos.

Feijóo se agarró ayer en su comparecencia a que falta por confirmar la victoria de la Marea de A Coruña, pues efectivamente el PP está a poco más de 100 votos de adelantarla

Feijóo se agarró ayer en su comparecencia a que falta por confirmar la victoria de la Marea de A Coruña, pues efectivamente el PP está a poco más de 100 votos de adelantarla. Pero aunque lo logre no cambiará el balance, marcado por el arrase de Abel Caballero en Vigo y la espectacular victoria de Martiño Noriega en Santiago, mientras Besteiro se consolidaba como líder del PSdeG. No está claro si se va a articular una alternativa para las autonómicas del 2016 ni cómo se formaría. Las tres próximas semanas seguramente mostrarán las contradicciones de esa potencial alianza, pero de momento la fortaleza del PP gallego ha caído, en Soutomaior.

FERROL.  El péndulo sí gira a la izquierda
Ferrol tiene las municipales más espectaculares de Galicia,  por la pendular alternancia desde 1987 de las mayorías de derecha y centro-izquierda, a la que le tocó ahora, pese a la mayoría absoluta del PP en 2011. Si hay un pacto puede haber por primera vez un alcalde de Esquerda Unida, de Ferrol en Común, la marea oficial, que dependería de PSOE y BNG.

LUGO. Orozco y el 'compañeiro' Soto
López Orozco ha contribuido a salvar la alcaldía para el PSOE, gracias también a la atomizada fortaleza de la izquierda lucense, con las dos mareas y el BNG. Como el PP fue el más votado pese a su fuerte caída, todo apunta que se repetirá el precedente del “compañeiro” Soto en Vigo, cuya retirada exigió la izquierda para darle la alcaldía a los socialistas.

VIGO. Caballero, Feijóo y la ira coruñesa
Abel Caballero se convierte en el nuevo Paco Vázquez con una inmensa mayoría absoluta, alimentada por su habilidad en el uso de la demagogia localista, muy buena para él y muy negativa para Galicia. Le ayudó el error de Feijóo, que se presentó a través de una débil candidata, y muchos años de torpe campaña contra Abel del mayor medio de comunicación coruñés.

SANTIAGO. Rebelión ante la casa natal de Rajoy
La Compostela Aberta de Martiño Noriega tuvo el gran acierto de poner su sede de campaña en el muy visible O Toural. Hicieron la revolución ante la casa natal de Mariano Rajoy, que vino al mundo en el hogar de sus abuelos, y cerca de la farmacia de la gallega de Podemos. Hernández no salvó al PP y Bugallo y el padrino Bernardino Rama hundieron al PSOE.

OURENSE. Jácome, el caótico cobrador del caos
Ourense se superó a sí misma en los últimos años y ayer, con un caos tan grande en su política local  que ha encumbrado al más caótico de sus políticos, Jácome, líder de Democracia Ourensana, que iba para bisagra y acabó de segundo. El conselleiro Vázquez es favorito para ser el nuevo alcalde urbano del PP, aunque como el espectáculo va a seguir, quién sabe.

PONTEVEDRA. Lores, el alcalde decano urbano
A no ser que Orozco logre el milagro de conseguir que la izquierda le dé el poder, el nacionalista Lores se convertirá en el decano de los alcaldes urbanos gallegos, pues entró en 1999, como el lugués, y sigue, pese a la teórica limitación de tres mandatos que rige en el BNG. El triunfo de Lores es memorable, a contra corriente y casi con mayoría absoluta.

A CORUÑA. La Marea triunfó sin tener un mesías
Negreira llegó a la alcaldía en 2011 porque el PP de su gran amigo Feijóo iba como una moto y sale de la alcaldía porque el PP de su amigo Feijóo y de Rajoy va cuesta abajo sin frenos. La Marea de A Coruña mostró que se puede triunfar sin un mesías, pues su candidato Ferreiro tenía un perfil bajo. Le ayudó la visita de Iglesias, pero menos de lo que se dice.

DIPUTACIONES.  Su anomalía democrática se agrava
Como tiene alma de presidente de Diputación, Mariano Rajoy impulsó estas caducas instituciones cuando debían desaparecer. Le acabó saliendo gato por liebre, pues parece que el PP ya sólo tiene la de Ourense. Parece porque el Gobierno ocultó los datos toda la noche. Ya es opaca su elección y su funcionamiento, para encima vulnera el derecho a la información.

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