Opinión

El Nombre de la Rosa

UMBERTO ECO, al que tuve el honor de conocer y compartir conversación inolvidable además de mesa y mantel, tituló así una de sus grandes obras, seguramente conocida por la mayoría: El Nombre de la Rosa.

Ustedes se preguntarán, ¿por qué este título para este artículo de opinión, si el relato discurría en la misteriosa y enigmática abadía medieval de Melk?. Una abadía en la que se sucedían una serie de intrigas investigadas por dos monjes a modo de los Sherlock Holmes y Dr. Whatson de Sir Arthur Conan Doyle, pues simplemente les diré que hay que ver la película o leer el libro, y por supuesto esta crónica semanal con la cual espero que sea de su interés y disfruten.

A veces los títulos enigmáticos tienen mucho fondo como ocurre en este caso. Lo incógnito del título de Eco va unido al verso en latín que cerraba la novela y, que a mi humilde juicio, dice todo en lo que se puede resumir lo que está pasando y cómo finalizará lo que hoy día acontece en UPyD; “… Hace frío en el sriptorum, me duele el pulgar. Dejo este texto, no sé para quién, este texto, que ya no sé de qué habla : stat rosa prístina nomine, nomina nuda tenemus”.

Así finaliza Don Umberto su magnífica obra literaria. Con esta cita el autor nos deja entrever el significado de la composición que corresponde a una obra de Bernardo Morliacense, monje benedictino del siglo XII que compuso variaciones sobre el tema del ubi sunt, añadiendo una idea que, de todas las glorias que desaparecen … , lo único que quedan son sus meros nombres: “De la rosa”, solo un nombre desnudo.

Transcurría el mes de las flores del año 2007 de Nuestro Señor y, efectivamente el mismo día 19, un ramillete nada desdeñable se reunía en San Sebastián para dar el pistoletazo de salida a una nueva formación política UPyD. Esta formación sería, a juzgar por su madre y padres fundadores, la alternativa al descontento del PSOE y el PP. Fueron muchas e importantes las personas que apoyaron el inicio de la andadura de UpyD con su presencia en el acto fundacional del partido en Madrid hace ya ocho años. Allí, estuvieron presentes fundadores como Mikel Buesa, Fernando Sabater o Albert Boadella, simpatizantes de la causa como Antonio Elorza, Agustín Ibarrola, Carlos Martínez Gorriarán y Aurelio Arteta, el escritor peruano Antonio Iwasaki, el diputado autonómico vasco popular Fernando Maura además de Álvaro Pombo; tampoco quisieron perderse ese momento los promotores de Ciudadats de Catalunya, Arcadi Espada, Teresa Giménez y Félix Pérez Romera; tampoco, los ya en ese momento diputados Albert Rivera y Antonio Robles. La rúbrica a ese momento histórico, la puso el Premio Nobel Vargas Llosa.

Pintaba bien, ya que esa nueva formación política que surgía y crecía en torno a un descontento de buen número de votantes de los partidos mayoritarios y, precisamente en ese espectro ideológico, en donde encontraría un rico caldo de cultivo en el que debería de cocinar su esencia, perfeccionar la receta y trabajarla duramente para hacerla apetecible a todos los que estaban pasando hambre de desilusión ideológica.

“Ser considerados de izquierdas o derechas no nos parece el centro del problema, aunque nos apiadamos cordialmente de quien carece de mejores argumentos para descalificar al adversario. En realidad, ni la izquierda ni la derecha son ideas platónicas, invulnerables al paso del tiempo y a los cambios sociales … La base de la ciudadanía democrática es la igualdad en libertad: iguales leyes para todos y todos iguales ante las leyes..”, estos son unos fragmentos de su manifiesto fundacional y la verdad, en UPyD se esforzaron desde un principio en remarcar esta idea de centro, la misma que, sin duda alguna podemos esbozar del núcleo ideológico de su competencia, Ciudadanos, ya que, está claro que defienden las mismas ideas y están orientados a convencer al mismo tipo de electorado.

Pero... ¿qué es lo que está pasando para que la formación de Rosa Díez se vea abocada casi a su desaparición en detrimento del auge a velocidad de vértigo de los seguidores de Albert Rivera?, pues precisamente querida Rosa, que tu color ya no está de moda, ahora se lleva el naranja.

Y aunque hay que reconocerle, señora Diéz, su mérito y valentía al plantar cara a una situación de terror en su tierra, a la de desacuerdo con en el entonces su partido, el PSOE y ponerse manos a la obra para inaugurar una nueva época en la historia de los partidos políticos en España, que fundó, trabajó y peleó con tenacidad y convicción, logrando consolidar una más que aceptable poole position, es muy posible que lo hiciese de manera precipitada y no de la manera más adecuada.

2015 ya poco tiene que ver con 2007, y quizá quemó demasiado pronto las naves y, ahora queriendo volver a la batalla, se encuentra con que sus almirantes no le siguen, porque han encontrado una flota mejor, con maquinaria más novedosa con maneras frescas, con ilusión, alegría y esperanza; con caras nuevas de gentes sin pasado (al menos la mayoría) y lo que es más importante, una nueva forma de liderazgo.

Eso es, lo que entre otras cosas, y bajo mi punto de vista, le está haciendo perder los estribos mi querida señora. Por su personalismo exacerbado y su proceder anticuado le están haciendo un impecable pase de pecho los expertos en mercadotecnia electoral que trabajan para el señor Rivera.

Lo que le pasa a UPyD, ya lo hemos vivido en el pasado con la UCD de Suárez, y en el presente con Izquierda Unida y Podemos; pero memorice, ¡el que resiste gana!, frase de Cela por antonomasia que figura al pie del escudo del marquesado de Iria Flavia, y quizá hubiese sido conveniente haberla leído antes de rechazar la propuesta, aunque “envenenada” de Ciudadanos, para unirse en una sola fuerza, aun temiendo que el señor Rivera la barriese en unas primarias. Usted seguiría estando ahí y...nunca se sabe.

Pero ahora todo eso ya no cuenta, cuentan los problemas embarullados de sus diputados que cada uno tira para sí, de la dimisión que se le pide por activa y por pasiva y sobre todo, después del insignificante 1,9% de los votos conseguidos en Andalucía. Fue muy fea su desaparición fugaz aquella tarde noche electoral bajo la no creíble excusa que debía de volver a Bilbao,muy mal Rosa, muy mal.

Señora Díez, no le va a valer mucho el mantener el sitio de su persona y el anteponer su interés personal al interés colectivo porque, fíjese, todos juntos valemos más que cada uno por separado, y no se puede seguir negando la evidencia. Siempre es mejor formar equipo, y se lo dice una ex -escaladora que nunca olvida que para ascender a la cumbre no hay que hacerlo en solitario ya que entraña muchos riesgos, muchos, incluso hasta la posibilidad de desaparecer. Si queremos llegar a la cima, es necesario escuchar las voces de los que nos auparon y que siguen empujando hacia la consecución del objetivo. No hay que estancarse en la posición actual. Así no se avanza. Pero, usted verá doña Rosa si quiere continuar la ascensión en soledad, cosa difícil, o en compañía; pero no olvide que es muy posible que los demás se agrupen y alcen su mirada a quien mejor les pueda ayudar a conseguir el ansiado eldelweiss.

Sepa que puede, si no lo evita, acatar lo que el maestro de la semiótica y de la literatura, Umberto Eco, dejó escrito transcribiendo a Bernardo Morliacense: de la rosa solo queda el nombre desnudo…, que no será poco en su caso porque siempre permanecerá, su nombre señora, como el nombre de la Rosa.

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