Por encima de todo

Luz Long hablando con Owens durante la clasificación de longitud. ARQUIVO
photo_camera Luz Long hablando con Owens durante la clasificación de longitud. ARQUIVO

La estrella de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 fue sin duda James Cleveland Owens. Un negro de Ohio que triunfaba en medio de los fastos racistas nazis y ante las mismas narices de Adolf Hitler. De las cuatro medallas de oro que se colgó, hubo una muy especial, la de longitud en la que, además del resultado, quedó para el recuerdo el gesto de deportividad protagonizado por el gran favorito al título, el atleta que era el perfecto exponente de la supuesta raza aria, pero que demostró su extraordinaria humanidad.

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