Granizada de fútbol en Barcelona

Leo Messi saludando a la aficción (Foto: EFE)
photo_camera Leo Messi saludando a la aficción (Foto: EFE)

Enorme el favor que le ha hecho el conjunto catalán al deporte en general. ¡Cómo apetecía ver un partido así! En medio del presunto amaño de partidos y de la polémica asamblea del Real Madrid, este sábado el Barça honró la cara más mágica del fútbol: aquella que lo caracteriza como lo que es, un deporte genial, fantasioso, y repleto de posibles cuando se despoja del circo de intereses contaminantes y extradeportivos que se monta a su alrededor.

Así que Guardiola engrasó la máquina y el Valencia duró a los culés lo que un caramelo a las puertas de un colegio. Henry decidió dejarse diez años en el vestuario y firmó su primer triplete desde que llegó a España. Se sacó de la manga los ases que le hicieron grande a lo largo de su carrera: elegancia, velocidad, definición...

Pero además se vio escoltado por los mejores escuderos. Xavi Hernández ha alcanzado su madurez deportiva y todo lo que hace lo hace bien. Es una de esas personas que da igual a lo que se hubiera dedicado, triunfaría en cualquier caso porque su talento para el fútbol no reside en sus pies, sino en su cabeza.

Messi: el tercero en discordia
El tercero en discordia es el de siempre. Un Leo Messi imparable cuando inicia la carrera con el balón. Así de simple y así de efectivo. Al valencianista Asier del Horno, le convendría no volver a enfrentarse jamás con el argentino, puesto que cada vez que lo hace, sus vergüenzas quedan en evidencia.

Como ya sucediera en el Chelsea-Barcelona de 2006, Messi volvió a humillar al lateral vasco, por cuya banda se trazó la autopista de la ofensiva azulgrana durante todo el partido. Incluso con el marcador clarísimamente a favor del equipo local, tenía que ser el Valencia quien aguantara el chaparrón mientras Víctor Valdés disfrutaba del panorama entre bostezo y bostezo. En una jornada borracha de goles, el guardameta catalán se aburrió.

En definitiva, el Barcelona se merendó al Sevilla, bailó al Valencia... y esta semana toca el clásico contra un Real Madrid que frente al Sevilla precisamente, parecía volver a vestirse de épica otra vez.

Tras ir perdiendo por 1-3, lograron empatar el partido y situaron los últimos 25 minutos del encuentro en el caos y el desorden donde tan bien parecen moverse los de Schuster. Tuvieron varias oportunidades para voltear el marcador, inclusive dos balones al palo, pero la expulsión de Robben fue un alivio para el conjunto de Manolo Jiménez que en un contrataque pusieron el 3-4 definitivo en el marcador por medio de Renato.

Los merengues han de aferrarse a tópicos futbolísticos como que ''los derbis son partidos diferentes''. Veremos el sábado si Guardiola le corta la luz a su rival, como de costumbre, o si el Madrid recurre al reino de lo ilógico para recortar puntos a un rival que se escapa cada vez más.

Comentarios