Pontevedra corre por los niños con diabetes

Más de 800 personas participaron en la Milla Solidaria Anedia, con la que se pretende reivindicar el derecho de los niños y niñas con diabetes a disfrutar de los momentos de ocio en igualdad de condiciones
Participantes en la Milla Solidaria Anedia
photo_camera Participantes en la Milla Solidaria Anedia

El azul de la Asociación de nenos e nenas con diabete de Galicia (Anedia) inundó este sábado por la tarde la pontevedresa Gran Vía de Montero Ríos. El instituto Valle Inclán y las escaleras de la Deputación se convirtieron en el centro neurálgico de la IV edición de la Milla Solidaria Anedia, que consiguió congregar a más de 800 corredores dispuestos a aportar su grano de arena para visibilizar esta enfermedad y, en concreto, "destacar o dereito dos rapaces e rapazas con diabete a gozar do ocio en igualdade de condicións que os demais", tal y como explicó la presidenta de Anedia, Ana Pérez.

Desde pequeños con pañales hasta mayores de 65 años, sin límite de edad, la competición acogió a todo aquel que quiso sudar por una buena causa. Cada vez que sonaba el estallido que señalaba la salida, junto al Monumento al Soldado, jóvenes, mayores y niños corrían en solitario o en grupo hasta cruzar la línea de meta. Algunos llegaban al límite de sus fuerzas, otros más desahogados y, los menos, incluso andando, pero lo importante para ellos era participar y enviar un mensaje de apoyo a todos los pequeños que, en su día a día, se encuentran con una barrera social a la hora de convivir con su enfermedad con normalidad. "En moitos lugares, como a Catedral de Santiago, non permiten que os pequenos entren coas súas bolsas, sen reparar en que nelas levan os seus medidores e suplementos. Da mesma forma que se permite que a xente entre aos lugares con gafas ou muletas, a unha nena ou neno diabético non lle podes impedir que entre coa súa mochila", explicó la presidenta de Anedia.

Comenzaron la carrera, a partir de las 16.30, los participantes de la categoría Benjamín, a quienes siguieron Alevines, Infantiles y Cadetes, que completaron con mucha emoción el kilómetro de recorrido estipulado para ellos. Sería entonces el turno de la Milla Popular, con una distancia de 1,6 kilómetros repartidos en tres vueltas a la Gran Vía de Montero Ríos, uno de los momentos de la tarde que el público vivió con más emoción, animando a los corredores y a las corredoras, con quienes quisieron chocar palmas en más de una ocasión. A esas alturas de la tarde, el evento ya había tomado un cariz festivo, marcado sobre todo por el compañerismo de los competidores. En la categoría femenina A, la primera en cruzar la línea de meta fue Paola de Montis Clemente, de la Sociedad Gimnástica de Pontevedra, y Marisé Astorga Somoza hizo lo mismo en las categoría B y C, mientras que Gustavo Santiago Fernández, del Club Deportivo Pinarium, se proclamó vencedor de la categoría masculina A y Miguel Marzoa Ruiz, del CAR Marisqueiro, le imitó en la categorías B y C. Pero en esta milla no hubo vencedores ni vencidos, sino una gran dosis de solidaridad y buen ambiente, que muchos demostraron corriendo metros de más para volver sobre sus pasos y completar el recorrido con los compañeros que habían dejado atrás.

El momento más entrañable de la tarde lo protagonizaron los pequeños que disputaron la Carrera Pocoyó, algunos con gran decisión y otros de la mano de sus madres y padres. Pero el culmen de la jornada, ya de noche, fue la Andaina en la que, con dorsal o sin él, cientos de personas llenaron de solidaridad la Gran Vía de Montero Ríos, cerrando otra edición más de un evento que continúa creciendo.

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