Un domingo negro que hace recordar el verano de 2006 y sus 95.947 hectáreas ardidas

Aquel año murieron cuatro personas y una resultó herida grave. Las pérdidas materiales se habían cifrado en 248 millones de euros
Vecinos ayudan en Armenteira
photo_camera Vecinos ayudan en Armenteira

Las imágenes de los terribles incendios de este verano en Portugal y la devastación que causaron los del año 2006 en toda Galicia estuvieron muy presentes en la mente de todos aquellos que este domingo se tuvieron que enfrentar directamente al fuego, de quienes lo vieron de cerca e incluso de las personas que, a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, fueron siguiendo la evolución de las llamas que se fueron propagando por la provincia de Pontevedra.

Con aproximadamente 150 fuegos declarados en la comunidad gallega desde el pasado viernes, los datos de la superficie quemada resultan desoladores y recuerdan a los peores momentos de la historia incendiaria de Galicia.

Uno de esos años negros fue 2006, cuando se habían contabilizado 6.996 fuegos que habían arrasado 95.947 hectáreas en todo el territorio autonómico (según el Plan de Prevención e Defensa Contra os Incendios Forestais de Galicia -Pladiga) y habían muerto cuatro personas y otra había resultado herida muy grave.

Aquel fatídico verano dejó también imágenes de poblaciones desalojadas y, además de la pérdida de vidas humanas, graves daños materiales. Según un estudio editado por el Centro de Investigación Económica y Financiera (CIEF) de Caixa Galicia, los incendios habían costado a la Comunidad Autónoma al menos 248 millones de euros, cifra que equivale al 0,62% del PIB. La gigantesca nube de humo se había hecho visible incluso desde el espacio, tal y como mostraron las imágenes captadas por el satélite Meteosat, y habían puesto a Galicia en los titulares de los noticiarios nacionales e internacionales. Incluso en la Wikipedia existe una entrada propia para aquella ola de incendios, que dejó una profunda huella en la memoria de quienes la sufrieron en primera persona.

Entonces, al igual que sucedió este domingo, los medios de lucha contra el fuego también resultaron insuficientes para atender la vorágine de focos (por poner un ejemplo, el 14 de agosto de 2006 se habían contabilizado 123: 44 activos y 79 controlados o extinguidos). Precisamente por este mismo motivo, aquel verano fueron muchos los vecinos que trataron de sofocar las llamas con sus propios medios, unas escenas que también fueron frecuentes durante la jornada de ayer, al igual que los momentos de pánico que se vivieron en muchas poblaciones gallegas, especialmente en el Sur de la provincia pontevedresa, y en muchas carreteras que fueron cortadas por culpa del avance de las llamas y en las que centenares de vehículos se quedaron atrapados temporalmente.

La gran diferencia es que en 2006 la oleada de fuegos se había declarado en pleno mes de agosto, y ahora ha llegado a mediados de octubre, un mes otoñal pero que ha sido excepcionalmente seco.

HISTÓRICO. Hace falta remontarse varias décadas para encontrar un escenario de incendios tan grave en Galicia. Desde que hay registros del Pladiga, 1989 había sido el peor año, con un balance de 4.721 focos que se habían llevado por delante 198.998 hectáreas. Además, en 1985 y y 1978 también se había superado la fatídica cifra de las 100.000 hectáreas: en el primer caso 107.495 y en el segundo, 119.633.

Curiosamente, el verano de este 2017 no fue muy virulento en la provincia de Pontevedra en lo que a fuegos se refiere. Por desgracia, ese balance cambió drásticamente durante la jornada de este domingo.

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