La demanda de asistencia sanitaria para morir en casa se duplica

El equipo de Hospitalización a Domicilio del CHOP atiende a una media de cien pacientes terminales que finalizan sus días en su hogar ►El servicio demanda más personal para dar cobertura al 100% del área sanitaria ►Son siete personas para 175.000 usuarios
Varela (izquierda) con el equipo de Hado
photo_camera Varela (izquierda) con el equipo de Hado

Los hospitales avanzan cada vez más hacia un modelo humanizado, que aboga por estancias más confortables que aligeren en la medida de lo posible la pesadez de los ingresos. Sin embargo, hay momentos en la vida en los que "el hospital no ofrece mucha solución". Ocurre, por ejemplo, con los pacientes terminales, a los que la estancia en el hospital incluso puede llegar a ser contraproducente por el riesgo de contraer infecciones nosocomiales (hospitalarias) y de sufrir episodios negativos, tanto en su estado de salud (como pueden ser las desorientaciones) como en su estado emocional.

El equipo de Hospitalización a Domicilio (Hado) del CHOP es uno de los servicios que ofrece una alternativa para que este tipo de pacientes puedan finalizar sus días en casa y, a tenor de las cifras, se comprueba que la demanda está evolucionando al alza. En los últimos siete años el equipo ha visto cómo se ha duplicado el número de peticiones para que los enfermos puedan fallecer en sus domicilios con una asitencia similar a la que recibiría en el Provincial o Montecelo, pasando de los 47 casos del año 2010 a los 97 de 2016. Entre enero y agosto de este año ya ha asistido a otros 78, lo que hace prever que el balance anual alcanzará un nuevo récord.

Precisamente, su coordinador, José Varela Vaamonde, vincula el incremento de este tipo de pacientes con el aumento de usuarios del Hado que se ha producido en los últimos ejercicios. Hace dos años asistía a una media de 400 pacientes y ahora el promedio ya ronda los 500.

El resto de perfiles que atiende el equipo incluye distintos tipos de pacientes crónicos pluripatológicos, sobre todo mayores que tienen escasa movilidad y que sufren reinfecciones o reagudizaciones de las patologías que sufren. La mayoría proceden de Medicina Interna, Oncoloxía y Paliativos, a los que se suman algunos procesos agudos que se derivan desde Urxencias.

RADIO DE ACCIÓN. El Hado de Pontevedra nació a mitad de la década de los noventa como un servicio orientado a pacientes salientes de una operación quirúrgica. Sin embargo, el sistema no cuajó del todo (al igual que en otros equipos de España) y fue mutando hacia un servicio dirigido a otro tipo de cuadros clínicos. "La procedencia de los usuarios ha cambiado. Antes recurrían más a nosotros los servicios quirúrgicos, fundamentalmente cuando las estancias se prolongaban por complicaciones en el posoperatorio o heridas complejas. Sin embargo, ahora este tipo de pacientes se están vehículizando para una unidad relativamente reciente, como es la asesoría de heridas y úlceras", detalla Varela.

En la actualidad el equipo dispone de dos médicos, cuatro enfermeras, un administrativo y una celadora para dar cobertura a unos 175.000 habitantes de Pontevedra y O Salnés, equivalentes al 60% de la población adscrita al área sanitaria. El objetivo es llegar "a ofrecer una solución" para todo el área que sea "lo más justa, equitativa y universal". Sin embargo, ello requiere un "crecimiento racional" del servicio que, según los cálculos del coordinador, se debería traducir en la contratación, como mínimo, de dos profesionales de Medicina y otros dos de Enfermería.

"Ahora mismo tenemos mucha demanda y nos está costando mucho atender la zona en la que está operativo el servicio, sobre todo, en verano, porque en las zonas de costa hay mucho tráfico. Además, tenemos que tener movilidad, porque los pacientes nos pueden llamar en cualquier momento, por eso no podemos ampliar el radio de acción sin reforzar los efectivos", explica el coordinador.

La creciente demanda de la hospitalización a domicilio también está ligada a la valoración positiva que esgrimen los usuarios. El servicio implica importantes beneficios para el paciente, ya que se trata de una atención personalizada, que se desarrolla en el entorno del enfermo y que ofrece las mismas garantías que la atención hospitalaria convencional. El único requisito es que en la mayor parte de los casos es preciso formar a un cuidador principal del paciente, al que el Hado instruye sobre ciertas técnicas de cuidado.

En líneas generales, la población del rural suele mostrar una mayor receptividad a la hora de aceptar este servicio. En estos ámbitos es más fácil que exista la figura del cuidador, es decir, de algún familiar o allegado que se haga cargo de unos mínimos de asistencia, y "la distancia a los centros sanitarios es mayor".

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