La Xunta cambiará finalmente el diseño de la variante de Alba. Así lo aseguran los vecinos, con los que el PP de Pontevedra, con Jacobo Moreira al frente, se reunió esta semana para calmar la alarma que había generado el trazado anterior, que situaba la nueva rotonda de la carretera de Santiago en una zona muy próxima a viviendas. La Asociación Veciñal O Chedeiro sostiene que la futura glorieta se desplazará hasta el núcleo de A Balea, entre los lugares de Tilve y Pidre, en la parroquia de Cerponzóns.
El punto de inicio del nuevo vial, que conectará las carreteras de Santiago y Vilagarcía por un punto distinto a la denominada PO-225, que es una zona muy utilizada por los peregrinos del Camiño Portugués a Santiago, se alejará de las casas y bordeará el río Rons. "Non afectará a ningunha vivenda", explicó este jueves el secretario de la agrupación vecinal O Chedeiro, Juan José Esperón Recarey. El colectivo está pendiente de una reunión con la Consellería de Infraestruturas, que es el organismo que impulsa esta actuación. El encuentro ha sido solicitado formalmente y se celebrará con la participación de otras fuerzas vivas de Cerponzóns y de Alba. Entre ellas figuran las comunidades de montes de ambas parroquias, además de representantes de O Chedeiro y de la Asociación de Veciños A Capela.
Además de las expropiaciones, que principalmente afectarán a fincas de particulares y posiblemente a terrenos comunales, los vecinos quieren saber si el rediseño de la infraestructura tendrá algún impacto en los molinos que hay en la zona. Aunque estas construcciones están abandonadas, los habitantes del lugar no quieren que las obras puedan dañarlos aún más. La entrevista entre los citados colectivos será con el director de la Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez.
RETRASO. La variante de Alba ayudará a resolver un importante problema de seguridad vial en la zona. La nueva infraestructura evitará tráficos por la PO-225, la única vía que hasta ahora comunica las carreteras de Vilagarcía y Santiago de Compostela y que es paso obligado de los peregrinos que realizan el Camiño Portugués a Santiago.
Además de resolver el problema del gálibo, evitando que los camiones se queden encajados en el paso del ferrocarril, la puesta en marcha de esta obra abrirá la puerta al Concello para negociar la cesión de la PO-225, una vía con un importante volumen de tráfico y por la que caminan una media diaria de 179 peregrinos. La intención de Pontevedra es implantar el sentido único de circulación en este vial y acompañar este cambio con medidas de calmado de la velocidad para los vehículos.
La obra, que acumula cierto retraso, podría elevar su presupuesto inicial de cinco millones de euros debido al nuevo cambio de trazado. El diseño definitivo, que mantendrá una senda peatonal y ciclista desde la rotonda a Fragamoreira de la carretera de Vilagarcía, se pactará con el Gobierno local y con los vecinos para tratar de evitar cualquier tipo de alegación y agilizar así la exposición pública del proyecto y los plazos para sacar el plan a contratación.
