La noche más cálida de la ciudad dejó una mínima cercana a los 24 grados

Buscar la parte más fría de la cama, abrir las ventanas, poner el aire acondicionado a máxima potencia y beber agua fría: esas fueron las armas de los pontevedreses y pontevedresas contra el calor que inundó las Rías Baixas durante la madrugada del domingo al lunes. "Vivimos o que se denomina noite tropical, que se dan cando a temperatura non descende en ningún momento por debaixo dos 20 graos", explica Juan Taboada, meteorólogo de MeteoGalicia, que añade que "nas Rías Baixas isto é algo que se dá con certa frecuencia todos os anos. Cada ano temos tres ou catro episodios semellantes. O que se pode dicir deste é que foi un pouco máis agudo".

Además, uno de los trazos que más caracterizan a este episodio es la rapidez con la que se asentó. No obstante, a pesar de su velocidad y su potencia, tendrá una duración corta. Así, el observatorio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Mourente, situado a 108 metros de altura sobre el nivel del mar, registró como mínima 23,6 grados centígrados durante la madrugada del domingo al lunes.

Esta temperatura supone un récord de la mínima más alta desde que la estación se puso en marcha en el año 1985.

Aunque en el observatorio de MeteoGalicia en la ciudad del Lérez la mínima en el mismo período de tiempo fue de 18,8 grados, la estación de Poio, situada en el Monte Castrove, a 424 metros de altura, no llegó a descender de los 25,1 grados centígrados en todo el día.

En Lourizán, por su parte, la mínima fue de 20,0 grados, semejante a la que marcó el observatorio de Sanxenxo (20,7º).

Este fenómeno se debe a que un anticiclón se situó en el norte de la Península Ibérica, donde no se habían conseguido asentar las altas presiones en los meses de julio y agosto. Estas altas presiones trajeron, por una parte, un tiempo estable, de ahí que los cielos estuviesen despejados. Por la otra parte, el anticiclón acercó aire cálido proveniente del norte de África.

Así, el aire africano tuvo que atravesar antes toda la Península, por lo que llegó más seco de lo normal, lo que da lugar a que la radiación solar incida con más potencia, elevando de esta forma las temperaturas más rápidamente.

Lo que explica que durante la noche no descienda el mercurio es el movimiento diagonal de la masa de aire, que consigue aislar a la zona de las Rías Baixas de los efectos marítimos.

PREVISIONES. Esta situación de calor sofocante durante todo el día, como explica Taboada, no se puede calificar como "ola de calor", ya que para etiquetarla con esta denominación son necesarios, como mínimo, tres días seguidos de elevadas temperaturas. De este modo, el lunes la situación fue más relajada, ya que entró una brisa que bajó las temperaturas. Las máximas de este lunes fueron de 33,4 grados en Pontevedra (MeteoGalicia), 33,3 en Mourente (Aemet), 34,6 en el Monte Castrove y 31,2 en Lourizán.

El calor irá este martes a menos, ya que los vientos están cambiando. "Están collendo a outra compoñente, a sudoeste, o que vai traer aire atlántico", subrayó el meteorólogo. Este tipo de aire tiene como característica principal un mayor grado de humedad, además de ser más fresco que el que proviene de África.

El índice de humedad, por tanto, aumentará durante este martes. Las temperaturas, por el contrario, descenderán entre cinco y diez grados (tanto las mínimas como las máximas).

Con todo, muchos esta noche ya no necesitarán buscar la parte más fría de la cama, abrir las ventanas, poner el aire acondicionado a pleno rendimiento ni beber agua para luchar contra las altas temperaturas nocturnas.

El movimiento diagonal de la masa de aire caliente proveniente de África logró aislar a las Rías Baixas de los efectos marítimos