El desembarco corsario invade la villa marinense

Pequeños y mayores disfrutaron del gran ambiente festivo que vivió la villa de Marín en la sexta edición de la Ferta Corsaria

El ruido de los sables y los cañones empezó a sonar este sábado en Marín desde primera hora de la mañana. El día grande de la sexta edición de la Festa Corsaria daba comienzo con la apertura del Mercado temático y la Alameda atestada de piratas.

Las actividades, el buen ambiente y las comidas y cenas de los vecinos marcaron la jornada festiva. La misma contó con un gran numero de actividades que se concentraban, sobre todo, en la Alameda Rosalía de Castro, el Parque Eguren y Banda do Río. Asimismo, la animación fue continua. Fueron varias las charangas que pusieron melodía al día de celebración, llevando su música por las calles marinenses.

Sin duda, los más entregados a la fiesta fueron los asistentes. Las vestimentas corsarias iban desde una simple pañoleta con calaveras a un carrito de bebé convertido en un barco pirata preparado para atacar. Gente de todas las edades se disfrazó para la cita. Pequeños y mayores se volcaron en convertir al municipio marinense en una villa totalmente preparada para realizar un asalto corsario. Además, también se pudo ver a algún perro muy pirata.


Otro de los puntos fuertes de la sexta edición de la Festa Corsaria fue la gran acogida que tuvieron las comidas y las cenas en las calles


ACTIVIDADES. Aunque el principal espectáculo —la Batalla de Aguete— tuvo lugar por la noche, el ambiente festivo se notaba ya desde primera hora de la mañana, sobre todo en las actividades para los más pequeños, quienes, además de divertirse con sesiones de circo-teatro y con los obradoiros, pudieron conocer a todos los animales de la granja que había instalada en la Alameda, así como a los pájaros exóticos que hicieron sus exhibiciones en el Parque Eguren.

La tarde empezaba con un gran número de actividades, entre ellas juegos tradicionales, el espectáculo del faquir ‘Herman T’ o una sesión de cuentacuentos a cargo de As Fedellas. Además, el Parque Eguren acogió un torneo de tiro con arco y una exhibición de esgrima. Precisamente el Parque Eguren también fue uno de los centro neurálgicos de la fiesta.

En el mismo se concentraban todos los puestos de oficios artesanales, entre los que se encontraban varios cesteiros, un critalero o un ceramista que hacía vajillas a los más pequeños para que ellos fueran los encargados de su decoración.

COMIDAS. Otro de los puntos fuertes de la sexta edición de la Festa Corsaria fue la gran acogida que tuvieron las comidas y las cenas en las calles marinenses. Y es que, al igual que en la pasada edición, la meteorología acompañó paradisfrutar de las mismas, pero con una diferencia. Este año el número de mesas y comensales es mucho mayor.

De hecho, fueron más de mil personas las que disfrutaron de estos festines. Según se acercaba la noche, la música fue tomando mayor protagonismo. Así, se inició el concierto de la Agrupación Desconcierto, en Banda do Río. Por su parte, la Alameda acogió las actuaciones musicales de Pelepau y Virandeira poco después. Pero el espectáculo más esperado, la novedad de esta edición, llegó cuando el sol dejó de iluminar el municipio marinense y lo hicieron el fuego y la pirotecnia.

La exhibición de luz culminó con la batalla final de los ingleses y los corsarios, que se dirigieron desde sus bases —en Banda do Río y la Rúa Méndez Núñez— hacia la Praza de España para realizar una recreación de lo acontecido hace 200 años en la villa morracense. Tras la batalla la agrupación Fase Rem fue la encargada de poner el punto final a la sexta edición de la Festa Corsaria de la villa marinense.

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