Los peligros de reservar alojamiento in extremis

PUEDE QUE no atraiga tantos visitantes como Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga o Granada, las ciudades españolas preferidas por los extranjeros, pero la provincia de Pontevedra tiene su público, especialmente entre los turistas nacionales y en la época estival, cuando el clima y sus playas, además de una amplia y variada oferta de ocio, la convierten en un destino perfecto para los que huyen del calor y de las aglomeraciones de los arenales mediterráneos. Pero que no sufra el asedio de los turistas no significa que una visita improvisada a Pontevedra esté exenta de riesgos a la hora de encontrar un lugar en el que pernoctar. De hecho, los que este verano contemplen disfrutar de todos los atributos que ofrece la provincia deben tener en cuenta que reservar alojamiento a última hora puede ser una mala idea para sus vacaciones.

Así, los amantes de la improvisación se pueden llevar varias sorpresas, desde un ataque innecesario al bolsillo hasta la imposibilidad de encontrar el alojamiento deseado al darse de bruces con el cartel de "completo".

Y es que, en plena temporada alta, reservar el propio día de entrada tiene esos riesgos, independientemente de que se trate de un hotel, una pensión o un apartamento. Así, si el objetivo es una estancia de fin de semana para dos personas que comienza el viernes en tres lugares tan demandados como Sanxenxo, Pontevedra capital o Bueu, las posibilidades de éxito son mucho mayores si la reserva se realiza el lunes o el martes que si se hace el mismo viernes, día de entrada.

En el caso de Sanxenxo y la villa lindante de Portonovo, tan solo uno de los cuatro establecimientos analizados a comienzos de semana tiene aún alguna habitación disponible el viernes, con el inconveniente de que este, un hotel spa de tres estrellas al lado de la playa, ha ascendido su precio hasta los 528 euros, 53 más respecto a los anteriores tres días.

En el caso de la capital de provincia y el concello vecino de Poiotampoco habrá mucha suerte, ya que dos de los tres hoteles preseleccionados el martes, están llenos el viernes, con la exclusión de una pensión que todavía mantiene su precio: 92 euros.

En Bueu, otro de las localidades pontevedresas ideal para visitar en unas calurosas vacaciones, todavía hay habitaciones disponibles en una casa de campo cercana a la playa vista a principios de semana, pero su precio ha aumentado 47 euros respecto a los 200 que costaba el martes. Si uno prefería alquilar una habitación en un apartamento, tiene mala suerte al dejarlo esperar hasta el día de entrada, ya que esta ya no está disponible.

UNA EXCEPCIÓN. No tan cerca, en la localidad de O Grove, una pareja se puede hospedar el fin de semana reservando el mismo día de entrada, ya que el viernes más de cinco hoteles tienen todavía alguna habitación disponible, con unos precios que oscilan entre los 100 (hotel de dos estrellas) y los 250 euros (cuatro estrellas) paralas dos noches. Del mismo modo, se podrían alojar en algún hostal por 90 euros o incluso alquilar un apartamento por 162.

SUGERENCIAS. Así pues, a la hora de buscar alojamiento es mejor no improvisar. Lo confirma el gerente de un establecimiento hotelero sanxenxino: "En determinados días del verano sí que puede haber un lleno. Es habitual que el hotel tenga una reserva total a última hora, pero –matiza– esa realidad se está reduciendo poco a poco, ya que la gente está reservando con mayor antelación actualmente". En su opinión, hay dos tipos de turistas: "Aquellos que saben a dónde quieren ir, pero no tienen preferencia por ningún establecimiento en concreto, por lo que pueden hacer una reserva a última hora y, por otro lado, los clientes habituales, que deben hacer la reserva con mucha antelación para no tener problemas para conseguir el tipo de habitación deseada". Improvisar o planificar, esa es la cuestión para los turistas.