Falso testimonio en causa criminal

La Audiencia envía a prisión a un hombre por mentir en un juicio

Acusó a una mujer de apalearle pese a que sabía que el autor de los golpes había sido su padre ► El juez le impone tres años y medio de cárcel
La pena fue impuesta por la Audiencia Provincial de Pontevedra
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra envió a prisión a un vecino de Salceda de Caselas que acusó a una mujer de haberle propinado una paliza cuando sabía que el autor de los golpes, a palo limpio, había sido su padre.

El dictamen que redacta Celso Joaquín Montenegro Viéitez otorga firmeza a la sentencia emitida por el Juzgado de lo Penal 1 de Pontevedra, que consideró acreditado que el ahora condenado mintió durante la vista oral provocando con ello graves perjuicios a una mujer, que resultó condenada a una pena de dos años de prisión por un delito que no había cometido.

Los hechos que desembocaron en la actual sentencia se produjeron en el bar Chill Out, ubicado en el lugar de Cerquido, en Salceda de Caselas, el 29 de agosto de 2010. En ese establecimiento de hostelería se produjo un altercado que desembocó en una agresión sufrida por el ahora condenado, que recibió varios golpes con un palo. Al día siguiente, tras lo sucedido, el individuo que ahora tendrá que ingresar en prisión denunció a una mujer ante la Guardia Civil de Tui. La Audiencia explica que "tras mantener la denuncia en la fase de instrucción se celebró el juicio oral ante el Juzgado de lo Penal 1 de Pontevedra el 26 de abril de 2012, donde el ahora condenado, tras ser apercibido de su obligación de decir la verdad y a sabiendas de su falsedad, mantuvo que fue ella la que le pegó con un palo en la cabeza en reiteradas ocasiones, a pesar de que conocía que quien le había agredido era su padre".

El magistrado explica que "consiguió con su testimonio que se condenase a la mujer como autora de un delito de lesiones con instrumento peligroso a la pena de dos años y un día de prisión". Además, se da la circunstancia de que a la perjudicada se le negó la suspensión de esa condena (por ser superior a los dos años), por lo que "vivió con intranquilidad por su inminente ingreso en prisión" (algo que finalmente no se produjo).

La víctima, sin embargo, tuvo la suficiente pericia como para grabar una conversación con el ahora condenado en la que él le reconocía que ella no había cometido el delito por el que había sido condenada. Sin embargo, "no accedió a retractarse de su testimonio pese a conocer que ella podría entrar en prisión".

Con estas pruebas, el mismo juzgado condenó al individuo que mintió en la vista oral a tres años y medio de cárcel.