Los trabajadores del diario turco Cumhuriyet se defienden de las acusaciones de terrorismo

La fiscalía otomana pide penas de entre 8,5 y 43 años para cada uno por "colaboración con una organización terrorista" que apoya a la guerrilla kurda como con grupos ultraizquierdistas
Un hombre muestra una ejemplar del Cumhuriyet en una concentración delante del Palacio de Justicia de Estambul
photo_camera Un hombre muestra una ejemplar del Cumhuriyet en una concentración delante del Palacio de Justicia de Estambul

Los periodistas y empleados del diario opositor turco Cumhuriyet han defendido este lunes su inocencia y rechazado las acusaciones de "terrorismo" que se les imputan en el primer día del juicio que se celebra en el Palacio de Justicia de Estambul, ante una enorme afluencia de observadores y simpatizantes.

Las puertas del juzgado se abrieron a partir de las 07.00 horas GMT pero al caer la tarde solo dos de los 17 acusados habían podido prestar declaración.

Cinco de los acusados están en libertad condicional, diez llevan más de 8 meses en prisión y uno, el periodista de investigación Ahmet Sik, cumple 206 días tras las rejas, mientras que a Can Dündar, exredactor jefe del diario, se le juzga en ausencia, por hallarse exiliado en Alemania.

La Fiscalía pide penas de entre 8,5 y 43 años para cada uno por "colaboración con una organización terrorista", pero sin aclarar a qué grupos armados se refiere.

En el escrito de acusación se les atribuyen a los acusados vínculos tanto con la guerrilla kurda como con grupos ultraizquierdistas y, sobre todo, con la cofradía del predicador islamista Fethullah Gülen, al que Ankara tiene por instigador del fallido golpe de Estado del 15 de julio de 2016.

El columnista Kadri Gürsel, uno de los periodistas más conocidos de Turquía, en prisión preventiva desde octubre, se defendió contra la acusación de vínculos gülenistas, subrayando que ya advirtió contra el peligro de esta red religiosa cuando en el Gobierno aún se la llamaba respetuosamente "la comunidad".

Señaló que la acusación se basa sobre todo en haber recibido llamadas de 112 personas a las que la Fiscalía considera miembros de la cofradía por tener instalada en sus teléfonos móviles la aplicación de mensajería Bylock, supuestamente desarrollada para el entorno de Gülen y con unos 215.000 usuarios en Turquía.

También el jurista Akin Atalay, presidente de la junta directiva de la cabecera y desde octubre en prisión preventiva, rechazó de forma rotunda la acusación de vínculos con la cofradía del predicador.

Admitió que Cumhuriyet había publicado varias veces anuncios de Bank Asya, el banco que fue buque insignia del imperio económico gülenista hasta su intervención en febrero de 2015, pero subrayó que lo mismo habían hecho, y con mucha mayor frecuencia, los mayores diarios progubernamentales del país.

Hasta otoño de 2013, la cofradía de Gülen estaba estrechamente aliada con el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía desde 2002, y con el que comparte la misma ideología islamista.

Durante años, los miembros de esta red religiosa se ayudaban mutuamente para alcanzar altos cargos en la Administración, Judicatura y Policía, contando con el respaldo del Gobierno, una toma de poder lenta que denunció en 2011 el periodista Ahmet Sik en el libro "El ejército del imam", que fue prohibido antes de publicarse.

Sik fue detenido en marzo de 2011 y pasó 12 meses en prisión preventiva, acusado por fiscales que hoy están en busca y captura por formar parte de la red gülenista, lo que no ha salvado al periodista de sentarse nuevamente en el banquillo, acusado ahora de colaborar con esa cofradía a la que tanto criticó.

"El juicio tiene dos finalidades: silenciar el diario Cumhuriyet y dar un aviso a quienes siguen escribiendo sin miedo", resumió el jurista acusado Akin Atalay.

Numerosos observadores tanto de sindicatos y partidos turcos como de organizaciones de defensa del periodismo, desde Reporteros sin Fronteras, el PEN Club, la Federación Europea de Periodistas (EFJ) o el International Press Institute (IPI), han descrito el proceso como un ataque contra la libertad de la prensa en Turquía, y la semana pasada, la actriz Bianca Jagger se sumó a este clamor desde el Festival de Poesía de Medellín.

También acudió al juicio Harlem Désir, representante para la libertad de prensa de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

"Pido a Turquía que retire los cargos, libere a todos los periodistas encarcelados por su trabajo e inicie las reformas muy necesarias para proteger la libertad de prensa en el país", dijo Désir hoy en un comunicado.

El diario Cumhuriyet, fundado en 1924 y con una tirada de 40.000 ejemplares, no figura entre los diarios más leídos de Turquía pero sí entre los más prestigiosos, y tanto el medio como su ex redactor jefe Can Dündar fueron galardonados el año pasado con el Right Livelihood Award, conocido también como el "Nobel alternativo".

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