El otro Bertín Osborne entrevista a famosos en una residencia de ancianos

Un grupo de catorce 'periodistas' jubilados protagonizan un programa de televisión difundido por Youtube
Luis Rolandi y Míchel
photo_camera Luis Rolandi y Míchel

Un grupo de catorce periodistas jubilados, encabezados por un imitador de Bertín Osborne de 93 años, ha revolucionado la residencia para mayores donde viven con un programa de televisión difundido por Youtube en el que entrevistan a famosos. Entre amigos es el nombre de la criatura engendrada por Nacho Castro, el técnico de animación socio-cultural (Tasoc) de la residencia Ballesol de Pozuelo de Alarcón que ideó el formato, y ya ha llevado al diván de Luis Rolandi, el carismático presentador del espacio, a personajes como Míchel, Victoria Prego, Ramón Sánchez-Ocaña o Ángela Carrasco.

"Nacho ha sido el que me ha metido en todo este berenjenal", admite Rolandi, que reconoce a Efe pasarlo "fenomenal" en su rol de figura televisiva. El otro Bertín asegura que, cuando en su juventud probó a hacer teatro, era "malísimo, profundamente malo, un desastre", pero ahora sus hijos se quedan "asombrados" al verle y están "entusiasmados" con su nuevo alter ego, el de locuaz entrevistador de celebridades. "La palabra vergüenza no la conozco", bromea este antiguo interventor de la Seguridad Social, agradecido con la "amabilidad impresionante" mostrada por todos los famosos que se han sentado a su lado, pese a ser "personas de mucha más categoría" que él.

Entre ellas, Rolandi destaca por encima de las demás al cineasta Paco Arango, impulsor de la Fundación Aladina, una persona "con muchísima luz" que le deparó una conversación "impresionante". Rolandi pone la guinda, pero el pastel de Entre amigos se cocina a fuego lento en el taller dirigido por Castro, donde cada entrevista se prepara durante unos dos meses para que salga perfecta.

Aunque el equipo de redacción se reúne dos veces por semana, los veteranos reporteros tienen deberes para hacer en casa: Castro siempre les proporciona las biografías de los famosos que recibirán para que las estudien y obtengan un conocimiento global sobre los invitados. En las sesiones de grupo, el técnico de animación muestra a los ancianos vídeos y fragmentos de otras entrevistas de los futuros protagonistas de Entre amigos en busca de detalles personales o profesionales que puedan resultar interesantes.

Ahora mismo, los miembros de Entre amigos planean la visita de una persona cuya identidad prefieren no desvelar, puesto que aún no ha confirmado su asistencia, si bien prometen que será un programa "muy especial". "El taller da mucho juego", asegura Castro, que deja que los periodistas sugieran "sin censura" las posibles cuestiones a realizar y que surjan debates sobre qué sería o no conveniente preguntar al famoso de turno.

Todo va encaminado a la confección de un cuestionario definitivo de entre 15 y 18 preguntas, que Rolandi ejecuta en su diván bajo la atenta mirada de una cámara de vídeo y una pequeña multitud de residentes de Ballesol. "Eso de salir delante del público es una cosa que la llevo yo dentro", presume el presentador. De momento, los compañeros de Rolandi no se atreven a enfrentarse a los focos, pero dicen estar "encantados" con el proyecto, que refuerza el "compañerismo" y la "amistad" dentro de la residencia y les sirve como distracción "para tener la cabeza fresca".

Castro, que se inspiró en el programa de entrevistas presentado por Bertín Osborne y emitido antes en TVE y actualmente en Telecinco, también se encarga de contactar con los invitados a Entre amigos, tarea para la que tira de "descaro" y de una agenda de contactos que forjó años atrás, cuando se dedicaba a la interpretación.

El técnico de animación asevera que, por lo general, los famosos convocados se muestran predispuestos a visitar la residencia, pero hay uno que se le resiste: el verdadero Bertín Osborne, que "anda súper liado" y, hasta ahora, no ha convenido en citarse con su réplica nonagenaria. "Me gustaría entrevistarle, claro, aunque le tengo un poco de miedo", confiesa Rolandi antes de exclamar, entre risas: "¡Si me coge, me come vivo!".

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