Ocho consejos para un espinazo feliz

Las mochilas, las chanclas, los tacones, los viajes largos que dejan malas posturas y, sobre todo, las zambullidas irresponsables en la playa o la piscina son los principales enemigos del bienestar de la espalda en verano. Aquí, las claves para evitar lesiones y dolores
Es preferible repartir el peso en el equipaje
photo_camera Es preferible repartir el peso en el equipaje

EL VERANO es para descansar. O esa es, al menos, la intención inicial, porque, además del estrés que a veces supone planificar las vacaciones, muchas  veces  regresamos  de ellas más cansados de lo que nos fuimos. En más ocasiones de las deseables, con dolor de espalda, contracturas, pinzamientos o incluso lesiones graves.

Esta parte de nuestra anatomía acusa especialmente los cambios de rutina, no solo físicamente, sino también de forma somática. En primer lugar, los nervios, los preparativos, la tensión que se acumula por dejar todo listo antes de marcharnos, por conseguir el viaje a buen precio, por hacer todas las excursiones previstas...

1. En este sentido, el primer consejo que ofrece el quiropráctico valenciano Ata Pouramini tiene que ver con las expectativas que nos hemos impuesto para estos días de verano. No se trata de que sea perfecto. Si esas expectativas son muy elevadas vamos a tener estrés y la espalda se va a resentir. Relájate y veranea, simplemente. Evitarás contracturas nerviosas.

2. Si has decidido practicar deportes de montaña como nueva experiencia este año, que tu espalda no pague la novatada. Procúrate de un calzado adecuado a la actividad que vayas a practicar y de una mochila preparada para repartir el peso en la espalda, de arriba abajo, y de izquierda a derecha. Los bastones de senderismo te ayudarán a evitar lesiones y a mantener dicho equilibrio.

3. Si, por el contrario, te espera el mar, cuidado con las chanclas. No solo por las torceduras de tobillo y esguinces, a la orden del día, sino por los problemas de espalda asociados a caminar con ellas. Este calzado está diseñado para la arena de la playa, no para el asfalto. Ni siquiera para el paseo marítimo. Son absolutamente planas, carecen de cualquier diseño anatómico y producen dolores que llegan hasta la zona lumbar.

4. Los tacones, siempre peligrosos para la espalda, en verano ofrecen unos diseños abiertos, sin apenas sujeción lateral ni posterior. El talón suele quedar al aire, lo que aumenta el desequilibrio del cuerpo que produce este calzado y que soporta la columna vertebral, con lo que las molestias pueden producirse en toda la espalda.

"Aunque parezca mentira, hay personas que ya se lesionan en la jornada de salida. Cuidado con las maletas, por favor. Es mejor repartir el peso en varias bolsas"

5. Los viajes largos nos producen malestar y dolor en la espalda por el mantenimiento prolongado de malas posturas. Si viajas en avión o tren, procura levantarte y dar paseos para estirar cada cierto tiempo. En el coche, especial atención para los conductores, que se mantienen en una actitud de alerta, estresante, agarrados al volante. Es preciso que paren, que calculen bien la distancia de su asiento con respecto a los mandos y que lleven el calzado adecuado para conducir.

6. Aunque parezca mentira, hay personas que ya se lesionan la jornada de salida. Cuidado con las maletas, por favor. Según Ata Pouramini, el exceso de peso en el equipaje es uno de los motivos de consulta más habituales en los meses de julio, agosto y septiembre. Es mejor repartir el peso en varias maletas o bolsa que estropear las vacaciones con una ciática.

7. Si hablamos de lesiones graves, nos toca hablar del coche. El impacto que reciben algunos vehículos por detrás en accidentes automovilísticos provoca que cada verano aumenten los llamados latigazos cervicales. En este tipo de accidentes, recibimos un impulso hacia adelante debido al impacto trasero, de forma que el cinturón frena nuestro cuerpo pero la cabeza permanece libre, moviéndose hacia adelante y formando un curvatura con el cuello. El resultado de este movimiento es una lesión en las estructuras posteriores del cuello.

8. Y, por último, nunca bajes la guardia ante las posibles lesiones por zambullidas irresponsables. No te tires en zonas poco profundas y nunca en las que no conozcas. Las lesiones más comunes, de columna, cuello y espalda, van desde rozaduras leves y ligeras contracturas hasta accidentes que pueden postrarte en una silla de ruedas de por vida. No es alarmismo, sino una realidad que cada verano arroja datos. Pouramini nos recuerda la importancia de no mover a un lesionado hasta que no lleguen los servicios de emergencia.

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