Más allá de esas consideraciones meramente funcionales, el Hyundai i30 CW continúa haciendo gala de un diseño moderno y atractivo, que mantiene unas líneas fluidas y dinámicas, caracterizadas por un frontal presidido por una agresiva parrilla en cascada, que progresivamente se irá extendiendo a los demás modelos de la marca hasta convertirla en una de los elementos identificativos de la misma.
Las grandes diferencias entre la carrocería de cinco puertas y la familiar CW se centran en la parte trasera. Visto de perfil, esta última versión destaca además por su aspecto deportivo, gracias a la leve caída del techo en la parte final de la zaga, lo que le confiere un cierto aire coupé.
Con estos argumentos, Hyundai pretende que esta versión familiar alcance el 20% del total de las ventas del i30. Buenas razones para conseguirlo no le faltan, ya que además de por su más que correcto diseño, esta carrocería supondrá un sobreprecio de apenas 690 euros, por lo que lo lógico es que muchas familias se decanten por esta variante de mayor funcionalidad.
En una primera toma de contacto al volante del Hyundai i30 CW también se ha podido constatar como apenas existen diferencias dinámicas entre una y otra carrocería, lo que no deja de ser un halago para un modelo que mantiene un excelente tacto de conducción y un suave y efectivo cambio en las versiones de transmisión manual.
En este aspecto, la marca coreana también ofrece un cambio automático de doble embrague y siete velocidades, en combinación con los motores 1.4 T-GDi de 140 caballos y los diésel 1.6 CRDi, en variantes de 110 y 136 caballos de potencia.
A mayores, la gama del i30 CW se completa con la versión tricilíndrica 1.0 T-GDi de 120 caballos, aunque en este caso solo está disponible con el cambio manual de seis velocidades.
Equipamientos. Esta variante familiar está disponible en doce colores de carrocería y cuatro niveles de acabados (Klass, Tecno, Tecno Sky y Style), por lo que el número de combinaciones disponibles para elegir es más que aceptable.
Mención aparte merece el amplio equipamiento de serie disponible en las versiones más básicas, que incluso pueden incorporar un paquete de seguridad en el que se incluyen sistemas como el asistente a la frenada de emergencia, detector de fatiga, alerta de cambio involuntario de carril o sensor para el encendido automático de las luces.
La conectividad es otro de los apartados más cuidados en el desarrollo de este modelo, que adopta tecnologías como el Apple Car Play y el Android Auto, la carga inalámbrica del teléfono móvil o la conexión de Bluetooth y USB, entre otros elementos.
Ambicioso. Con todos estos argumentos, la gama i30 se va a convertir en un pilar fundamental para conseguir dos de los objetivos más ambiciosos marcados por la marca para los próximos años.
Por un lado, lograr el reto de conseguir en 2018 el millón de unidades de i30 vendidas en Europa y por otro situar a Hyundai en 2021 como la marca asiática más importante en el mercado europeo. A juzgar de cómo lo han hecho en el desarrollo del i30 CW, no hay duda de que están en el buen camino.
