"No creo que apoyar a Pedro Sánchez sea mérito suficiente para optar a la secretaría provincial"

"El escándalo de Pasarón siempre acompañará a Lores y Mosquera"

Agustín Fernández ha pasado de aliado del BNG a convertirse en uno de sus más implacables detractores. Incapaz de ver un solo logro en el actual mandato, cree que el proyecto de los nacionalistas ha entrado en barrena y que en 2019 se abrirá un nuevo escenario en el que la izquierda, y más concretamente el PSOE, será el relevo natural de Fernández Lores en la Alcaldía
El líder del PSOE local vislumbra un horizonte muy halagüeño
photo_camera El líder del PSOE local vislumbra un horizonte muy halagüeño

Reconoce que no es fácil hacer oposición contra alguien que solo dos años antes fue tu socio de Gobierno. Y menos aún cuando tu partido ha vivido una de las mayores crisis de su historia a nivel nacional. Tino Fernández cree que la tibieza política que algunos le reprochan (incluso compañeros de partido) puede estar condicionada por esas dos circunstancias, pero anuncia que la situación dará un vuelco en los dos próximos años.

¿Qué balance realiza de estos dos años de Gobierno municipal?

Es bastante fácil: una decepción absoluta. Porque en dos años no se ha acometido ningún proyecto medianamente interesante. Ha habido una parálisis absoluta, teniendo en cuenta, además, que la Deputación está dispuesta a colaborar con el Concello. Y ni así han sido capaces de sacar adelante ni un solo proyecto interesante para la ciudad. Hay un claro declive del Gobierno y del alcalde.

¿Algún reproche concreto?

Hay dos cuestiones fundamentales: el abandono de los barrios y las parroquias, y la deriva en la que ha entrado la política social, que a nosotros nos preocupa bastante. Sobre el primer punto, el alcalde prometió extender el modelo de ciudad más allá de A Peregrina y está todo parado; las parroquias siguen con las mismas deficiencias o incluso más.

Hablando del modelo de ciudad, el PSOE cuestionó la llamada ‘política de los lombos’ e incluso reclamó una ruta sanitaria libre de ellos. ¿Cree que estas medidas deben acompañarse de otras?

La ‘política de lombos’, cuando se exagera, es mala. Habrá sitios donde sean necesarios, pero hay otros donde hay que aplicar otros mecanismos, como las falsas curvas, las rotondas o las que diseñen los técnicos. Cuando gobernábamos con el BNG ya le decíamos que no era necesario tanto lombo, pero ellos los utilizan como marca de la casa, la marca de Pontevedra. Y eso es un tremendo error.

Teóricamente, la Deputación debería ser un Gobierno amigo para con Pontevedra. ¿La llegada del bipartito ha sido positiva o negativa?

La llegada del bipartito ha sido muy beneficiosa, porque ha traído transparencia a la institución y objetividad al reparto de fondos. Nadie se puede quejar ahora de la Deputación de Pontevedra. Otra cosa es la capital. Pontevedra ha perdido enormes oportunidades que ya no va a recuperar. Reto a cualquiera a que diga cuáles han sido los grandes convenios que se han firmado y en qué se ha beneficiado la ciudad de tener una Deputación amiga.

¿Es responsabilidad directa de Lores o de Mosquera?

El gran culpable es el alcalde, porque es el que tiene que gestionar su propio grupo.

¿Cómo ve la renovación en el Gobierno local a mitad de mandato?

Como una frustración, una rectificación, una muestra palmaria de que algo no funciona. Durante un mandato se pueden hacer retoques, pero cuando son tan amplios y retocas los ejes clave de tu proyecto, quiere decir que no funciona.

¿Cree que ese desgaste de Lores al que hace referencia le pasará factura al BNG?

El Bloque tocó techo en las pasadas elecciones y ahora está bajando de la meseta. Nos vamos haciendo mayores (Lores también) y se van perdiendo impulsos, ganas y visión de futuro. Además, sus políticas se han derechizado y eso deja margen para que los partidos de izquierda vayamos a tener un papel mucho más importante en la cita de 2019.

¿Qué espera de los próximos dos años de mandato?

Con independencia de que en año electoral siempre se suelen sacar de la manga algunos proyectos, la inercia ya está establecida. La crisis de gobierno de abril ha marcado un antes y un después, y esto va a seguir en una deriva de mucha inactividad.

¿Cómo ve el acuerdo entre BNG y En Marea? ¿Cree que ese lugar le debería corresponder al PSOE?

Creo que los votantes de En Marea podrían no entender que se pase de una oposición muy dura a una entrega absoluta sin nada a cambio. Pienso que fue más una decisión tomada para salvarle el presupuesto a Martiño Noriega en Santiago que una voluntad de los militantes de Pontevedra. Y no creo que ese hueco le deba corresponder al PSOE, sino que el votante de izquierdas ahora tiene más opciones para votar. Si nosotros somos inteligentes y lo hacemos medianamente bien, recuperaremos buena parte de esos votos.

Algunas voces, incluso desde dentro del PSOE, critican la tibieza del grupo municipal. ¿La asume?

Gobernar y pasar a la oposición no es un tema fácil. Hay que gestionarlo con cuidado. Tampoco ha ayudado la situación general del partido en el Estado. Pero esperamos que en estos dos años que quedan podamos dar, de verdad, la medida de lo que debe ser una oposición constructiva y sensata.

¿Qué le parece el proyecto estrella del BNG: el compostaje?

El compostaje, tal como lo ha planteado el Bloque, es una entelequia, un engaño. Están vendiendo desde hace cuatro años un proyecto del que se desconoce todo: el coste, el método, el destino de 3.000 toneladas de compost al año... El PSOE es partidario del reciclaje, pero no así.

¿Qué ha pasado con el culebrón Pasarón? Usted especialmente fue muy beligerante con la Deputación, pero tras la llegada del bipartito parece que se ha apagado...

Pasarón es un escándalo. Lo era en 2009 y lo sigue siendo en 2017. Seguimos sin saber el coste real de la obra y me llama la atención que desde la Deputación no se haya puesto mucho interés en averiguarlo. Y seguimos sin saber por qué el Concello de Pontevedra recepciona la obra sin antes constatar las posibles deficiencias. Parece un intercambio de cromos. Pasarón es un escándalo absoluto que va a acompañar la vida política de César Mosquera y de Lores allá donde vayan. Ellos deberían dar muchas explicaciones .

Plan estrella El compostaje, como lo vende el BNG, es un engaño, una entelequia de la que no se conoce absolutamente nada» Reproche Lores es el gran culpable de que Pontevedra no se haya aprovechado del Gobierno amigo de la Deputación»

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