La Audiencia de Pontevedra juzga este martes a un hombre de 59 años, natural de Colombia, acusado de entrar sin permiso en el que había sido el domicilio familiar, donde presuntamente, con la ayuda de otras personas, maniató y amenazó durante horas a su hija y a su esposa, de quienes también abusó sexualmente.
La Fiscalía pide para él una pena de 51 años de prisión por allanamiento de morada, detención ilegal, quebrantamiento de orden de alejamiento, agresión sexual, amenazas y maltrato en el ámbito familiar.
Según se recoge en el escrito de acusación, los hechos se produjeron el 19 de enero de 2015 cuando el procesado acudió al que había sido el domicilio familiar, situado en Vigo, a pesar de sendas órdenes de alejamiento que tenía vigentes con respecto a su mujer y a su hija.
Entró en el domicilio, según el fiscal, utilizando una llave que no había devuelto y acompañado de otros dos individuos no identificados, todos ellos armados con cuchillos de grandes dimensiones, se escondieron en el dormitorio principal hasta la llegada de las víctimas.
Tras llegar su hija, que por aquel entonces tenía quince años, el hombre y sus dos acompañantes la asaltaron, tapándole los ojos y la boca y atándola de pies y manos.
Minutos después, tras llegar al domicilio su esposa, el acusado atacó a la mujer amenazándola con matarla para que se callara, agrediéndola físicamente con un puñetazo en la cara e inmovilizándola igual que a la niña.
Después de colocar a las víctimas en habitaciones separadas, relata el fiscal, los otros dos hombres abandonaron el domicilio y el acusado violó a su esposa, tras tirarla violentamente contra la cama.
Una vez consumado el acto sexual, cogió una bombona de butano de una estufa y la llevó al dormitorio donde, tras sacarle el casquillo, cortó la goma y comenzó a hacer chispas con un mechero a la vez que abría y cerraba el gas y le decía "quiero matarte, quemar la casa con vosotras dentro, no tengo nada que perder".
El hombre, posteriormente, también abusó sexualmente de su hija.
Las mujeres lograron liberarse tras convencer la niña a su padre que todo estaba bien y fingiendo en todo momento que volverían a ser una familia normal.
La menor, horas después, tras coger el teléfono móvil de su madre, envió un mensaje a unos amigos que alertaron a la Policía.
Junto con la pena de cárcel, la Fiscalía solicita una indemnización de 41.200 euros por las secuelas y las lesiones que le causó a ambas mujeres.
Además, el fiscal solicitará que, una vez salga de prisión, esté 20 años en libertad vigilada y que se decrete una nueva orden de alejamiento con respecto a las dos víctimas como mínimo por un período superior en tiempo de diez años a la pena de cárcel que se le imponga.
