Fariña: "Nunca sabes si te va a pasar algo así"

Sergio Fariña, el pontevedrés residente en Londres que evitó que uno de los terroristas accediese a su local bloqueando la puerta tras dar resguardo en su interior a varios ciudadanos, cuenta su experiencia

Sergio Fariña lleva 16 años viviendo en Londres y está casado con una joven turca desde hace unos meses. No tiene hijos. Confiesa que situaciones como esta le hacen ser consciente del peligro, pero que las medidas de seguridad son muy elevadas.

"Londres siempre estuvo en alerta, pero después de los atentados de París hay mucha más vigilancia de la Policía en las calles, se ven más agentes paseando perros, que será lo que toca ahora, en vez de ir tan armado".

De hecho, subraya, en la noche del sábado "la Policía actuó rapidísimo. En tres minutos los terroristas estaban rodeados de efectivos preparados para esto. Tomaron medidas muy rápidamente". Fariña explica que "cuando acuchillan a una persona delante de mi local es cuando los policías abren fuego. No lo hicieron antes porque vieron que llevaban lo que parecía dinamita y que saltaríamos todos por los aires. Es cuando apuñalan a una persona que les hizo frente en la calle cuando los abaten directamente".

ELEVADA SEGURIDAD. A pesar de la cifra de muertos y heridos, el resultado pudo ser mucho más trágico, ya que "si llega a ser a la una del mediodía podría haber unas 3.000 personas en el mercado, tranquilamente. Era una noche calurosa, las terrazas estaban llenas, pero solo estaban abiertos los restaurantes. De día hubiese sido una masacre".

Aun así, el pontevedrés se siente "tranquilo", porque "nunca sabes si te va a pasar una cosa así. Cierto que hay tres o cuatro minutos en los que pasas miedo, pero el resto del tiempo estás protegido".

Una vez que la Policía abatió a los terroristas se abrieron las puertas del local y todos fueron evacuados. "Anduvimos por las calles. Vas mirando a todo el mundo y piensas ¿y si va algún loco por el medio...? Sales del local y no hay transporte. Ni taxis, ni autobuses... Caminé por donde nos mandaron, pero me enviaban hacia el Sur de la ciudad y yo vivo en el Norte. Encontré un autobús que me llevaba casi al lado de casa. Y me subí pensando espero que no pase nada".

EN CUALQUIER SITIO. Su familia se enteró puntualmente de lo ocurrido. La primera fue su esposa. "La llamé a casa, cuando todavía estábamos encerrados en el restaurante, avisándola de que no se acercase allí. Cuando vi que empezaban a salir las noticias llamé a mi hermana, sobre las doce de la noche en España, para decirle que estábamos encerrados en el local, pero seguros. Tenía miedo de que cortaran las comunicaciones y no pudiéramos hablar con el exterior".

Sergio es consciente de que su familia sufre por él. "No te lo dicen pero lo dejan caer... Me casé en agosto en Estambul y toda la familia vino a la boda. ¡Qué me van a decir que no me hayan dicho ya!". Aun así, está convencido de que "estas cosas te pueden pasar en cualquier sitio. En un partido de fútbol, en un concierto... Nunca lo sabes. Hoy el local está cerrado, mañana y pasado también, pero habrá que volver a la vida normal. No crees que te pueda pasar tan cerca, pero así es".

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