Los críticos del PSdeG sopesan no acudir a las primarias gallegas tras sufrir una dura derrota

Los malos resultados disuaden de dar el paso a Blanco, Caamaño o Silva, eternas esperanzas del sector de Caballero ▶Vencedores y vencidos asumen que el futuro líder saldrá del bando de Sánchez y ya maniobran en busca de espacio
Pedro Sánchez saluda desde la sede de Ferraz tras su victoria en las primarias del PSOE
photo_camera Pedro Sánchez saluda desde la sede de Ferraz tras su victoria en las primarias del PSOE

A la teoría de que dos nombres propios del socialismo gallego como los exministros José Blanco y Francisco Caamaño llevaban tiempo preparando su desembarco en la comunidad desde sus respectivos exilios de Bruselas y Valencia para asumir las riendas del partido tras la caída de Gómez Besteiro se le acabó el recorrido. Aunque ninguno de los dos admitió jamás tales aspiraciones en público, lo cierto es que el llamado sector crítico del PSdeG tenía depositadas en ellos muchas esperanzas y sus nombres eran recurrentes en las quinielas. En el caso del lucense, para liderar el partido y en el del coruñés, para ser el candidato a la Xunta, una responsabilidad que el de Cee rechazó y que acabó, ante la ausencia de otro referente claro, con José Luis Méndez Romeu como fracasado plan B.

Pero si esa aventura de primarias domésticas de 2016 que ganó Fernández Leiceaga ya evidenció cierta debilidad en el llamado sector crítico del socialismo gallego, hoy por hoy la situación de la órbita de Abel Caballero es todavía más delicada, hasta el punto de que muchos ya ni se plantean presentar batalla en las próximas primarias gallegas, asumiendo que el futuro líder saldrá irremediablemente del bando vencedor.

La razón de este pesimismo está en el incontestable triunfo de Pedro Sánchez en el proceso estatal, que arrolló a los críticos de tal forma en la comunidad que el resultado disuade a cualquier aspirante de dar el paso. Si en el pasado ya no pudieron convencer a Blanco y Caamaño, ahora será casi imposible tras comprobar que el menguante apoyo a los críticos apenas superó el 30%. Menguante porque en las primarias a la Xunta de 2016 las fuerzas estaban mucho más equilibradas: 55%-45%.

En las primarias a la Xunta el equilibrio de fuerzas era 55%-45% y en las estatales roza el 70%-30%, lo que deja a los críticos sin alternativa

Con este panorama, ni siquiera la viguesa Carmela Silva, propuesta en su día por Abel Caballero a Ferraz como salvadora del PSdeG, se plantea salir de su zona de confort de la Diputación de Pontevedra. Toca plegar velas o, como empciezan a hacer algunos, maniobrar en busca de un hueco en la nueva etapa socialista.

DINAMITAR DESDE DENTRO. Pero que el sector crítico esté descabezado y en retirada o que no plante batalla en las primarias no quiere decir que no lo haga en otros frentes. En el sector ganador dan por hecho que las heridas son tan grandes que los derrotados se dedicarán a dinamitar desde dentro en lugar de integrarse. "Ya lo hicieron otras veces", advierten.

Por eso, y contemplando también el escenario de que no exista más que una opción en las primarias, sus esfuerzos están ahora centrados en encontrar un perfil de cierto consenso. "En el PSdeG se da por hecho que no habrá acuerdo total ni unidad, pero también saben que los críticos aceptarán mejor unos hombres que otros".

Dentro de esa estrategia de contentar al máximo al barón vigués y los suyos, algunos de los nombres que se barajan como futuribles lídres del socialismo gallego tendrían menos encaje. El ejemplo más claro es el de Gonzalo Caballero, el sobrino díscolo del alcalde de Vigo, al que está enfrentado. Convertido en valedor de Pedro Sánchez en la ciudad olívica, el economista consiguió derrotar por primera vez a su tío, después de que este lo relegase al quinto puesto de la lista en las autonómicas gallegas, lo que lo dejó fuera del Parlamento. Por eso existía cierta sensación de "deuda" con Gonzalo Caballero, pero su candidatura dinamitaría cualquier opción de acercamiento entre las dos sensibilidades.

El perfil del futuro líder debe agradar a los críticos, lo que refuerza a Formoso y limita a Gonzalo Caballero, Rocío de Frutos o Cancela

Algo parecido a lo que ocurre con la diputada en el Congreso Rocío de Frutos. Existe la sensación de que Sánchez premiará de algún modo la fidelidad de la pucelana, ourensana de adopción, pero su exagerada defensa del nuevo líder del partido la llevó a granjearse enemigos en Galicia, especialmente entre el pachismo.

Tampoco Pilar Cancela cosechó simpatías en su año al frente de la gestora gallega, protagonizando duros enfrentamientos directos, con insultos por medio, con Abel Caballero y Carmela Silva.

QUINIELAS. Sí encajarían en el perfil, sin embargo, otros nombres que ya están sobre la mesa, especialmente el de Valentín González Formoso. El presidente de la Diputación de A Coruña y alcalde de As Pontes es claro favorito y el que parece aglutinar más consenso a su alrededor, incluso en el sur, fruto de la neutralidad que siempre exhibe en público, y pese a su empeño en autodescartarse.

Las alternativas ya habría que buscarlas en las generaciones más jóvenes, como el abogado coruñés Pablo Arangüena, el alcalde de Vilagarcía Alberto Varela o la regidora lucense Lara Méndez, aunque hay quien los ve aún "verdes".

De todas formas, desde la dirección socialista gallega prefieren por ahora, al menos de cara al público, aparcar este debate a la espera de que se celebre el congreso federal que oficialice el liderazgo de Sánchez y que fije la hoja de ruta para las comunidades. Será ahí cuando se sepa si las primarias gallegas serán en julio o, como todo apunta, tras el verano, una fecha que no gusta tanto entre los ganadores porque existe cierto "temor" a que ese margen de tiempo permita "recomponerse" de algún modo al sector crítico, aunque a día de hoy parezca utópico.

Sobre el papel también ganaría tiempo José Ramón Gómez Besteiro, si bien el futuro del lucense no está en manos de los políticos sino de los jueces, de ahí que en el PSdeG ni se planteen por el momento su hipotético regreso. Eso sí, nadie pasa por alto dos datos: el aplastante apoyo a Sánchez en Lugo (68%) confirma que lo que Besteiro representa sigue vivo; y que con el madrileño en Ferraz su aterrizaje sería "menos hostil".

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