O Salnés: El Gobierno cuatripartito de Cambados suma tres crisis en 14 meses

En la provincia de los pactos no se perciben más cambios de alcaldes

El PP recuperará en una semana una de sus alcaldías más apreciadas, la de Sanxenxo. El mapa de la provincia será, pasado el ecuador del mandato, azul en la mitad de los municipios. ¿Son posibles más Gobiernos del PP antes de 2019?
El más sólido de los pactos en Pontevedra es el de BNG y PSOE en Poio. Se firmó en 2007 y se ha reeditado dos veces
photo_camera El más sólido de los pactos en Pontevedra es el de BNG y PSOE en Poio. Se firmó en 2007 y se ha reeditado dos veces

La ruptura del acuerdo de Sanxenxo y la vuelta de Telmo Martín al despacho de la Rúa Consistorio pone el foco en la salud de los pactos de gobierno que se fraguaron en toda la provincia en 2015 y que convierten a Pontevedra en un polvorín, desde el punto de vista del mapa político. No en vano, al partido del charrán se le han escapado algunos gobiernos muy significativos para sus intereses por culpa de los acuerdos entre los grupos emergentes, los independientes, los nacionalistas y el PSOE.

Con la de Sanxenxo en manos de Telmo Martín, el Partido Popular se hará con la número 31 de los 61 concellos de la provincia

Tal y como apuntan fuentes conocedoras de la situación en el Partido Popular, esta formación no descarta la posibilidad de recobrar algunos de sus antiguos bastiones en donde se aprecian signos de debilidad en los grupos multipartitos, por lo que cualquier oportunidad para recuperar el bastón de mando será bienvenida. Ha sucedido en Sanxenxo, de modo insospechado, pero concellos como Ribadumia, Cambados o Ponteareas y alguno más del Sur de la provincia podrían formar parte de la lista de Gobiernos que el PP aspiraría a teñir de nuevo de azul antes del final del mandato.

Pero, ¿cómo están las cosas en los concellos con pacto en la Comarca de Pontevedra? La capital de la provincia y su comarca son un fiel reflejo de la situación en el resto de la provincia, donde el PP no ostenta la Alcaldía en la mitad de los 61 municipios (sumará el número 31 con el de Sanxenxo). De los ocho concellos de Pontevedra, tres pertenecen a los populares y otros cinco, contando la ciudad de Pontevedra (donde el BNG gobierna en minoría con apoyos puntuales de En Marea), están gobernados por pactos multipartitos.

Poio, duna década en sintonía


De todos ellos, el más sólido, atendiendo al tiempo de duración del acuerdo es el del Concello de Poio, en donde Luciano Sobral (BNG) y Chelo Besada (PSOE) reeditaron por tercera vez en este mandato su alianza. Van diez años de cooperación entre ambos líderes. Las dos formaciones sufren una lenta regresión en las urnas, pero no parece haber diferencias que no se puedan limar en el seno de este bipartito, que lleva años sin dar ningún susto a sus respectivas formaciones.

Vilaboa, 18 años sin el PP


Los pactos antinatura como los denominó el PP en 2015, le mantienen lejos de muchas alcaldías, entre otras, cuatro de la comarca de Pontevedra

Otros ya clásicos de este modelo de binomio son Luis Poceiro (PSOE) y Ornela Fernández Salgado (BNG), en Vilaboa. El mandato compartido cumple ocho años en 2017. Se inició en 2011, después de una singladura en minoría del PSOE durante cuatro años en los que Poceiro no consiguió llegar a entendimiento con el exalcalde nacionalista Xabier Míguez, al que había apoyado en el mandato anterior. Con todo, el PP perdió este Concello en los comicios del 99 y no consiguió volver a la Alcaldía. El pacto de izquierdas sigue vigente y no parece que movimientos como los registrados en Sanxenxo puedan producirse, porque aquí, además, no prosperaron las formaciones independientes, ni en la parte derecha del espectro, ni en la izquierda.

En Barro, sin estridencias


En Barro, con cuatro concejales del BNG y dos del PSOE, el pacto cumple dos años sin temer la vuelta del PP. El equipo que lidera Xosé Manuel Fernández Abraldes (BNG). no parece tener fisuras internas ni externas y, aunque todo es posible, el cumplimiento de algunos de los puntos del pacto, como la municipalización de la feria, permiten intuir una buena sintonía entre ambas formaciones, unidas, inicialmente por su deseo de poner fin al mandato de más de 30 años del popular José Antonio Landín.

En Ponte Caldelas


En Ponte Caldelas las urnas dieron una sorpresa inesperada. Uno de los alcaldes con mayor proyección, el popular Perfecto Rodríguez, perdió la silla ante la unión de PSOE, BNG y los independientes de AVP. La formación vecinal que nació por el descontento por la instalación de un crematorio podría ofrecer, a priori, la inestabilidad que necesitarían los populares para volver a la Alcaldía, pero han pasado dos años y ese sobresalto no llega. AVP, pese a su inexperiencia y su origen tan rocambolesco (la formación se fraguó unas cuatro semanas antes de los comicios municipales), ha demostrado ortodoxia en su participación en el Gobierno. Los tres partidos han optado por una fórmula que concentra el poder y la capacidad ejecutiva en el alcalde, Andrés Díaz, y, de momento, la unión es sólida. Tanto que es frecuente oír al alcalde manifestar que su grupo «es como una piña».

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