En las buenas y las malas

El estadio de Pasarón registró la mejor entrada de la temporada en un partido que la afición vivió con ilusión y ganas de llevar a su equipo en volandas ►Tras el disgusto inicial, estallaron con el gol de Bonilla y entonaron el 'Sí, se puede'

La amarga derrota del Pontevedra no desalentó a los más de 9.000 aficionados granates que acudieron ayer a Pasarón para apoyar a su equipo. Un rayo de esperanza se abrió después del gol de Bonilla y el equipo salió del campo arropado por aplausos tras el pitido final.

Minutos antes del inicio del encuentro, los aficionados hacían cola en los aledaños de Pasarón. Al ritmo de la canción Color esperanza, habitual en el fortín pontevedrés, los hinchas se preparaban para animar y agitar sus banderas y bufandas. Sobre el terreno de juego, en la banda, la mascota Roelio se hacía fotografías con los más pequeños, que abarrotaban las filas a pie de campo.

En el Fondo Norte se extendió un tifo y los aficionados comenzaron a entonar el cántico de Luisito, que saludó a la afición con una sonrisa. Se respiraba nervios e ilusión en las gradas, un ambiente espectacular para llevar al equipo a Segunda.

El primer gol del Murcia no calló a los granates, que extendieron los brazos al ritmo del "Pontevedra nunca se rinde". Poco después, llegó otro mazazo y en el campo se vivió una nota de desconcierto. Luisito tenía los brazos en jarra, pero la afición volvió a entonar: "Pontevedra nunca se rinde".

Cada recuperación de los granates, cada contraaque y cada córner se vivió con intensidad en el campo. Pero con el 0-3, la afición se llevó las manos a la cabeza. Luisito pedía ánimo a sus jugadores y el estadio contestaba con un "Ale, Pontevedra, ale, ale". tras el momento de reflexión. Por contra, en el fondo sur los aficionados murcianos que viajaron a Pontevedra agitaban sus bufandas.

El ambiente se caldeó cuando los jugadores rivales perdían tiempo sobre el campo. El Pontevedra empezó a llegar más a portería y la afición empezó a creer que era posible darle la vuelta. El portero del Murcia evitó un gol en la línea y los hinchas creyeron de verdad.

Cuando el árbitro pidió penalti, los niños se levantaron de sus asientos y se acercaron a las vallas. Tocaron el metal como si de un bombo se tratase y los pequeños hicieron su parte para que el balón entrase. Pasarón se vino abajo y en el estadio solo se escuchaba un cántico: "¡Sí se puede!". El lesionado Mario Barco, que estaba sentado en la grada, saltó con los aficionados para celebrar el gol.

Con el pitido final, los aficionados, algunos optimistas y otros agradecidos por la temporada, se levantaron para aplaudir a sus jugadores.

PERSONALIDADES. La fiesta de Pasarón contó con muchas caras conocidas en las gradas y en el palco de autoridades. Exjugadores granates como Tubo, Pedro García, Pablo González o Fran Fandiño, que ya saben qué es un play-off, no quisieron perderse el choque. Ellos fueron algunos de los protagonistas en la fase de ascenso de Tercera a Segunda B que tuvo lugar hace dos temporadas, y ayer volvieron a sentirse como uno más.

Iago Aspas, jugador del Celta de Vigo, fue una de las apariciones sorpresa y vio el encuentro en la grada rodeado de aficionados pontevedreses, que aprovecharon la ocasión para hacerse selfies.

Tampoco quisieron perderse el partido el alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores; el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la concelleira de Deportes, Anxos Riveiro; diputados provinciales como Chelo Besada, Nidia Arévalo y Ángel Moldes; o el presidente del Teucro, Carlos García-Alén.

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