Puigdemont no acepta el reto de acudir al Congreso

Responde a la propuesta de Sáenz de Santamaría que solo comparecerá si hay acuerdo sobre el referéndum
Puigdemont, ante la atenta mirada de Junqueras
photo_camera Puigdemont, ante la atenta mirada de Junqueras

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no ha aceptado el reto que le ha formulado la vicepresidenta del Gobierno y no acudirá a explicar su proyecto al Congreso de los Diputados. El dirigente catalán ha ofrecido este viernes al presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, negociar el referéndum y, si hay un "acuerdo", entonces sí llevará ese pacto a las Cortes y al Parlament para que estas cámaras avalen o no el pacto. 

Y es que el presidente catalán quiere primero un acuerdo sobre la consulta con el Gobierno central y luego ir a las cámaras legislativas: "El Govern está dispuesto a negociar el referéndum con el Gobierno. En caso de llegar a un acuerdo, los dos gobiernos lo someterán a los respectivos parlamentos", resumió.

Pero  el Gobierno no negociará en el Congreso con el presidente de la Generalitat, Carles Pugdemont, la convocatoria de un referéndum en Cataluña y considera que la única vía que tiene para conseguir su objetivo es convencer a los grupos parlamentarios de que es necesaria una reforma de la Constitución. La vía del Congreso es la que el Ejecutivo ha mostrado este viernes a Puigdemont por considerar que es el lugar "adecuado" para debatir este tipo de asuntos.

Ha sido la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien en la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros ha puesto voz a una declaración del Ejecutivo ante los actos que Puigdemont tiene previsto celebrar este viernes en Barcelona y el lunes que viene en Madrid para explicar sus planes.


El Gobierno invita a Puigdemont a que sea en el Congreso donde exponga sus propuestas por ser el "cauce democrático". Fuentes del Ejecutivo han precisado que, con esa invitación, no se está abriendo la posibilidad de un diálogo con la Generalitat en la Cámara Baja para negociar la celebración del referéndum.

Lo que creen oportuno es que sea en el Parlamento nacional donde el presidente de la Generalitat plantee lo que pretende hacer para que los grupos parlamentarios expongan también sus respectivas posiciones.

Para el Gobierno, la única posibilidad de que Puigdemont pudiera llevar adelante su propuesta de referéndum es convencer a los grupos de que es necesario reformar la Constitución, ya que el texto actual no lo permite, y llevar adelante esa modificación constitucional. En la reunión del Consejo, tanto Rajoy como la vicepresidenta y el resto de ministros presentes (todo menos la de Empleo, Fátima Báñez; y Sanidad, Dolors Montserrat) han tomado la palabra para expresar su opinión sobre el ofrecimiento a Puigdemont. Y todos, según las mismas fuentes, han considerado oportuno que se planteara en los términos expuestos por la vicepresidenta.

PLAN IBARRETXE. Se trata de dejar patente que sólo se puede intentar un cambio de modelo con una propuesta concreta que sea votada, a semejanza del denominado plan Ibarretxe que fue tumbado por el Congreso en 2005.

Además, el Gobierno recalca que no es la primera vez que muestra a la Generalitat la vía del Congreso como la única posible y subraya que ya se lo planteó el propio Rajoy en 2012 al entonces presidente catalán, Artur Mas, cuando pretendía lograr un pacto fiscal.

El Gobierno no ha remitido ninguna carta u otro tipo de documento a Puigdemont con la propuesta que le ha realizado, pero deja entrever que se trata de una decisión hablada tanto con el PSOE, como con el PSC y Ciudadanos.

En la rueda de prensa y al ser preguntada por este asunto, Sáenz de Santamaría se ha limitado a señalar que el Gobierno mantiene una interlocución "constante y fluida" sobre este asunto tanto con los socialistas como con el partido de Albert Rivera "a lo largo de todo este tiempo". 

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