3-3. Un punto que le sabe a poco al Poio Pescamar

Poco premio para el Poio Pescamar, que arañó un empate en Majadahonda tras mostrarse superior a su rival. La falta de puntería de las visitantes contra la gran efectividad de las locales dejó el partido en tablas. El Majadahonda Afar4 había recibido a las pupilas de Marcio Santos con la campaña Vamos, Majas, en la que pedían apoyo para consolidar su posición en puestos coperos. La motivación extra se notó en el parqué y en el resultado final.

El Poio Pescamar fue claramente superior en el juego, pero no en la intensidad. Las de Marcio, que llegaban a Majadahonda con las bajas de Jessi, Caro y Suki, no fueron capaces de doblegar a sus rivales a pesar de tomar una ventaja cómoda de dos goles en la primera mitad. El primer tanto, de Patri, llegó tras un disparo potente y colocado que se coló en la meta de Laura pegando en el larguero. El segundo, obra de Ceci, de penalti, tras mano y expulsión de la jugadora local Elena Mateo, que agravó la situación intentando evitar un autogol. Sin embargo, ni la expulsión ni la desventaja supuso la desmoralización de las Majas, sino todo lo contrario.

A base de pundonor, casta y un despliegue físico descomunal, conseguirían acortar distancias antes del descanso con un tanto de Elena Mateo, la auténtica líder espiritual del equipo. A pesar de las protestas del banquillo, en especial de Marcio, el tanto subió al marcador, al no entender los colegiados que existía falta sobre la guardameta Silvia por parte de Mateo, en el encontronazo aéreo que precedió al gol.

El comienzo de la segunda mitad fue un monólogo madrileño ante el que poco pudieron hacer las jugadoras del Poio, a pesar de sendas internadas de Jenni por el lado izquierdo del ataque que pusieron el miedo en las jugadoras locales. A base de esfuerzo colectivo en defensa y verticalidad en ataque, el Majadahonda lograría el empate con un disparo de Sara Sanz, fuerte y colocado a la escuadra, imposible de parar para una Silvia que rozó la perfección en su actuación.

Las madrileñas olían la sangre y las de Poio sabían que un empate no valdría de mucho, por lo que el partido entró en una de esas fases maravillosamente locas que regala el fútbol sala en contadas ocasiones. Oportunidades en cada ataque por parte de los dos conjuntos y peligro constante, que no se materializaría hasta casi el final del encuentro.

En el momento de mayor dominio por parte del Poio, llegaría el éxtasis local, en una contra liderada por María Novoa y finalizada magistralmente por Marta Rodríguez. Parecía el final esperado para una historia de idas y venidas, que sin embargo todavía no había escrito su último capítulo.

Viéndose por debajo en el marcador, Marcio tomó una decisión rápida: Ale de Paz como portera-jugadora y superioridad ofensiva, defendiendo con el balón. Primera jugada con la recién estrenada estrategia y gol de Patri, que supondría el empate final de un partido loco, que a punto estuvo de decantarse del lado visitante si Ceci hubiese conseguido transformar un doble penalti casi al final.