La educación en el judo

Las 60 plazas de la Escuela Deportiva Municipal se cubrieron en una hora
Varios alumnos del Judo Club Pontevedra y técnicos del mismo
photo_camera Varios alumnos del Judo Club Pontevedra y técnicos del mismo

La trayectoria deportiva de Eloy Oliveira, presidente del Judo Club Pontevedra, sirve para entender el funcionamiento de esta entidad. Oliveira forma parte del club desde el año de su creación, 1994, cuando era uno de los alumnos de las Escuelas Deportivas Municipales (EDM). El aprendiz siguió vinculado a la entidad hasta formarse como maestro y en el año 2005 se convirtió en el máximo responsable.

Esta temporada, el club cuenta con más de 150 licencias y varios judocas de otras entidades que entrenan también en las instalaciones del Pabellón Municipal dos Deportes. El judo no entiende de edad: "Empezamos con niños desde los cuatro años y después tenemos niños que pasan de los 50", bromea el presidente. Así, trabajan con todas las categorías, desde prebenjamines hasta la categoría máster.

El club es uno de los reclamos deportivos de los jóvenes pontevedreses cada año. El límite de plazas ofertadas en la Escuela Deportiva Municipal, 60, fue cubierto en una hora el pasado mes de septiembre. Ante la amplia demanda, han abierto la sección Judo Kids Pontevedra para dar cobertura como club a los jóvenes que se quedan fuera. "Este es nuestro cuarto año consecutivo completando todas las plazas. Quiero pensar que es porque hacemos bien las cosas, además de que las EDM están muy bien de precio y bien organizadas por parte del Concello", comenta el presidente.

Eloy Oliveira: "Los pequeñitos quieren pasárselo bien, hacer amiguitos y disfrutar del deporte. Esto es un arte marcial, pero para los niños es un juego"


Tres técnicos se encargan de la formación de los judocas. "Alfonso está al cargo de la Escuela, Fran lleva la sección deportiva del Gimnasio Squash de Vilagarcía y yo me encargo de los adultos y la sección Judo Kids".

¿Y por qué judo? "Los pequeñitos quieren pasárselo bien, hacer amiguitos y disfrutar del deporte. Esto es un arte marcial, pero para los niños es un juego", comenta el presidente. "A esas edades, los padres influyen en qué deporte van a probar sus hijos y tenemos la suerte de que el judo está bien valorado desde el punto de vista social y disciplinario. Los médicos y psicólogos lo recomiendan para encauzar la energía de los niños de manera positiva", continúa. "Y los niños prueban y les gusta, por eso se quedan".

ATENCIÓN PERSONAL. Para la formación de los adultos, los técnicos se centran en tres aspectos distintos, en función de los beneficios de esta modalidad deportiva: salud, entretenimiento y competición. "El judo es un deporte muy completo y ayuda a mejorar la condición física, especialmente la musculatura. Después están la parte competitiva y la lúdica. Hay gente que viene de trabajar y esta es su manera de quemar energía y desestresarse. Después cada uno se enfoca en lo que quiera", explica Oliveira.

Los entrenamientos juegan un papel vital en la formación. El presidente explica que en las sesiones de hora y media o dos horas, los adultos trabajan varios aspectos: la condición física, la parte técnica y la parte táctica.

"Para nosotros la competición es un medio, no un fin", señala Oliveira a propósito de este tema. El club participa en competiciones de todas las categorías, pero participar o no queda a elección del alumno. "La semana pasada, 30 niños estuvieron en un torneo en Santiago, pero no es una obligación. No todos tienen ímpetu por la competición", continúa el presidente del club.

En septiembre se presentaron por primera vez a un torneo autonómico por equipos. Y en el plano individual, destaca la medalla de plata que consiguió un alumno del club, militar de profesión, en el Campeonato de España del Ejército de Tierra.

Así, la máxima del club es "cubrir las necesidades de cada alumno", comenta el presidente. "Si alguien quiere formarse como técnico o quiere conseguir medalla en una competición, tenemos que centrarnos en eso. No tenemos un objetivo general, sino darle apoyo a cada persona y cumplir sus expectativas dentro de nuestras posibilidades", añade Oliveira. "No tratamos a un alumno como un número, sino como la persona que es", concluye.

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