La tripulación del Nuevo Marcos

"Llevaba 40 años en el mar y le pasa esto antes de jubilarse"

Los fallecidos eran un joven con principios de párkinson, un padre de familia a punto de jubilarse y otro que había encontrado trabajo tras años en paro ►Conmoción entre los habitantes de Campelo tras el trágico incidente
Iago Tomé, patrón mayor de Raxó, afectado
photo_camera Iago Tomé, patrón mayor de Raxó, afectado

Conmoción, rabia y una profunda tristeza. La parroquia de Campelo amaneció este miércoles con la tragedia del naufragio del Nuevo Marcos, que se llevó por delante la vida de tres vecinos del lugar. En la mañana del miércoles, familiares y amigos de los fallecidos en el siniestro los recordaban entre lágrimas.

En la casa de la familia Ligero se concentraban sus allegados para dar el pésame a la viuda y los hijos de uno de los fallecidos, Jesús Ligero. Adrián Ligero, hijo de la víctima mortal y que también faenaba en el Nuevo Marcos en el momento del naufragio, consiguió salvarse refugiándose en una batea hasta el momento del rescate. También él se recuperaba del shock en la casa familiar durante la mañana del miércoles.

Jesús Ligero, hijo de Jesús y hermano de Adrián Ligero: "Quería jubilarse tras años embarcado para disfrutar de su nieta"


"Por mucho que quieras expresar, en estos momento no te sale nada. Después de estar toda su vida fuera trabajando, ahora podía estar aquí y disfrutar de su nieta", explicaba uno de los hijos de Ligero, de 22 años, tras el naufragio.

Su padre había vuelto a casa para dedicarse a la pesca de bajura tras años embarcado. Llevaba apenas un mes trabajando en el ‘Nuevo Marcos’. Tenía previsto jubilarse después del verano, en noviembre. A partir de entonces, los planes de Ligero eran disfrutar de su nieta. "Para lo poco que le quedaba... le pasa esto; el mar es así", lamentaba Jesús hijo. "No sé si era un experto, pero llevaba trabajando en el mar desde hace 40 años y sabía lo que hacía. Tanto tiempo y le pasa esto justo al final... ¿Cómo puede ser?", se quejaba el joven.

Adrián Ligero estuvo arropado este miércoles por sus familiares y amigos tras el trágico suceso. Según explicó el superviviente a su familia, "se abrió un boquete en el barco y, al principio, no pensaron que fuese muy grave, por eso decidieron ir al puerto más cercano. Pero, en el momento de acelerar la embarcación, ya se los tragó el agua", explicó Jesús Ligero. "Él quiso reanimarle pero se le escapó", explicaba. "Salieron todos arriba, hablaron unos con otros para saber que estaban bien, pero mi hermano ya no encontraba a mi padre. Siguió buscando hasta que lo encontró, lo intentó reanimar, pero no lo consiguió y se le escapó de las manos". El joven superviviente del naufragio había sido camarero toda su vida. Sin embargo, desde hace dos años había comenzado a trabajar como marinero. "Está destrozado, no puede ni hablar", contaba su hermano. "No sé si le quedarán ganas de volver al mar", explicaba.

Fidelina, vecina de la familia Carballa: "Tiña ganas de traballar porque lle facían falla os cartos"


En la casa de los Carballa las ventanas estaban cerradas a cal y canto y solo entraban o salían de vez en cuando algunos amigos de la familia para acompañarlos en el duro momento. Florentino Carballa, de 56 años de edad, falleció en el naufragio y fue su hijo, Carlos Carballa, de 22 años, el que llegó a nado hasta Combarro para dar la voz de alarma. El joven permanecía el miércoles en la casa familiar junto a sus seres más allegados. Ningún miembro de la familia quiso hacer declaraciones en un momento tan duro.

Una vecina del lugar, Fidelina, explicó que Florentino, también conocido como Coco, había estado en el paro por un largo período de tiempo y que había conseguido trabajo como marinero hacía apenas unos meses. "Aínda onte me trouxo uns xurelos que teño no frigorífico", explicó la vecina. Del mismo modo, contó que la familia atraviesa ahora por un momento difícil ya que una nieta de Florentino está pasando por una enfermedad grave. "Dicía que lle facían falla os cartos porque tiña unha netiña no hospital, por iso tiña moitas ganas de traballar", contaba la vecina conmocionada.

Manolo, vecino de la familia Castiñeiras: "Poderían percorrer esta ría cos ollos pechados


La tragedia se vivió al minuto en el bar del centro de Campelo Casa Otilio, en donde se concentraron los vecinos del lugar para conocer los trabajos de rescate. A escasos metros del bar estaba la casa del patrón del barco, Francisco Ligero, de 37 años. El marinero, que estuvo desaparecido hasta las 12.00 horas de la mañana, había trabajado desde siempre en el mar con su padre. De hecho, se había convertido en el patrón del ‘Nuevo Marcos’ tras la jubilación de su progenitor, que ocupó este puesto hasta ese momento. "Era un rapaz agradable, veciño de aquí e amigo de todos", apuntaba Manolo, un vecino de la familia. Los padres del fallecido permanecieron en el interior de su domicilio durante toda la mañana y se desplazaron a Combarro a mediodía, cuando apareció el cadáver de su hijo.

El padre de Castiñeiras sufre párkinson desde hace años, una enfermedad que también sufría su hijo en una fase inicial. "El sempre andou no mar, o accidente non foi por falta de experiencia porque esta ría coñécena como a palma da súa man, poderían andar por ela cos ollos pechados", explicaba Manolo. Francisco, conocido por sus amigos como Pacón, tenía un hermano que no trabaja como marinero y vive en Monte Porreiro. Cerca de la casa familiar de Pacón está el domicilio de su tío, que explicaba a Diario de Pontevedra que "Francisco salía ao mar co pai dende neno". Aunque Castiñeiras había sido diagnosticado de párkinson, su tío contó que había pasado los reconocimientos médicos necesarios para faenar. También recordó otro naufragio que sufrió el padre de Pacón, cuando su barco había quedado embarrancado en Canelas (Sanxenxo).

"Nesta noite houbo moita nortada. Ademais, ía moito frío e, coa auga a esas temperaturas é moi difícil reaccionar e agarrarse a algo", contaba el tío del joven fallecido.

"Toda a familia está mal, porque somos unha piña", explicaba y se quejaba el miércoles de la poca consideración que tuvo el mar con ellos. "O mar é así, non ten cancelas. Os que traballan nel sábeno. Aquí non hai outra cousa, hai que vivir do mar".

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