Los marinenses exprimieron las vacaciones de Semana Santa hasta el límite. Durante estos días de ocio, en los que en general reinó el buen tiempo, la villa portuaria se dividía entre los que se congregaban en torno a los numerosos actos organizados por la parroquia de Santa María del Puerto y los que pasaban el día en Mogor, Portocelo y Aguete.
La alcaldesa, María Ramallo, destaca que "la hostelería se benefició de la gran afluencia de gente". Y es que, en las horas punta del día, no había ni una sola mesa libre en las terrazas del centro urbano.
En cuanto a las procesiones, las más multitudinarias fueron la del Domingo de Ramos y la de la madrugada del Viernes Santo, en la que salieron las imágenes de Jesús Nazareno y de la Virgen Dolorosa. Ramallo incide en la importancia de que no lloviese. "Este año se notó que había mucha más gente que en otras ocasiones, en las que la lluvia echaba a la gente para atrás. Especialmente el Jueves y el Viernes Santo, había una multitud de personas presenciando las procesiones".
El Concello prevé que el hecho de que las temperaturas se mantengan altas redundará en una importante presencia de personas en los arenales de la villa.
La Semana Santa de Marín une a religiosos y bañistas
El buen tiempo favoreció a la hostelería y llenó las playas de gente
