Los ajos protegen al Pontevedra CF

El equipo granate guarda en el vestuario una cabeza de ajo que un aficionado le entregó a Luisito cuando fue fichado ►El mismo hincha le dio al técnico otro ajo antes del duelo de esta temporada ante el Burgos en el que se acabó la sequía del equipo
Luisito sonríe en un entrenamiento
photo_camera Luisito sonríe en un entrenamiento

El Pontevedra ha vuelto a los tiempos en los que los milagros no eran solo cosa de hombres. Ha tenido que ser un entrenador lleno de manías y supersticiones como Luisito el que ha devuelto los ajos a Pasarón.

El técnico teense ha necesitado de un cómplice para conceder a la planta el protagonismo que alcanzó en los años 60, cuando Rafa Ceresuela se sentó encima de una cabeza de ajo arrojada al césped y un miembro de la Policía Armada le anunció que iba a marcar el gol del primer ascenso a Primera División de la historia del club granate, en aquel mismo día partido de 1963 que el PCF disputó contra el Celta.

La historia El gol del primer ascenso granate a Primera División fue obra de Rafa Ceresuela después de sentarse encima de un ajo 

Una cabeza de ajo luce actualmente en el vestuario local del campo de Pasarón. Todo empezó cuando uno de los socios de mayor antigüedad de la entidad, Jaime Calvo Casalderrey, conoció a Luisito, en octubre de 2014. El veterano aficionado, asiduo no solo a los encuentros, sino también a los entrenamientos que dirige el preparador granate, le hizo entrega de una cabeza de ajo para que la colgase en el vestuario.

Desde aquel día, todavía luce en aquel espacio sagrado. El regalo no pudo sentarle mejor al preparador teense ni a su plantilla, que no cesaron de ganar durante toda la temporada de Tercera División, hasta dar el salto a Segunda B.

Aquel año Luisito logró el mejor debut de un técnico en el banquillo del Pontevedra de los últimos 40 años y el equipo acabaría ascendiendo en el play-off, después de tres rondas en las que debió remontar marcadores adversos de los partidos de ida.

El experimentó dio sus frutos. Lo que había funcionado no era necesario ser modificado y vistos los resultados, los ajos se mantuvieron en el santuario de la plantilla.

CONTRA EL BURGOS. El tiempo pasó, el Pontevedra siguió caminando y avanzando y se plantó en la actual 2016-17 con una situación idílica al comienzo de la segunda vuelta. El once granate ocupaba el cuarto puesto y la afición empezaba a soñar con la posibilidad de disputar el play-off por el ascenso a Segunda A. Y entonces se lesionó Mario Barco y el equipo empezó a tener problemas de cara a gol. El cuadro de la capital del Lérez encadenó seis duelos sin hacer gol y, consecuentemente, sin vencer. El nerviosismo necesitaba un antídoto y entonces volvió a aparecer Jaime Calvo.

"Antes de empezar o partido contra o Burgos deille unha cabeza de allo a Luisito, cando estaba entrando ao foso dos vestiarios", recuerda el veterano hincha.

"Era unha cabeza de allo enorme", explica, haciendo el gesto con la mano, como si estuviese sujetándola todavía, para especificar su magnitud.

El jubilado acostumbra a ser el primero en llegar a las gradas del Municipal de Pasarón. Más de una hora antes del comienzo del enfrentamiento, saluda a los protagonistas, da ánimos al técnico granate y a los futbolistas y se sienta tranquilamente en su butaca de Tribuna, desde la que contempla cada quince días los choques de la escuadra de sus amores.

"Ese domingo baixei de comer o cocido de Monteporreiro e ás 16.00 horas, cando abriron as portas, xa estaba alí".

SUSPENSE. Aquel día, el que se acabó el mal fario, hubo suspense y el protagonista tuvo que sufrir los rigores de los compañeros de grada que ven el fútbol junto a él. "Conteilles a historia e no descanso, como vían que non marcabamos, tiven que aturalos". La cosa se puso más fea nada más comenzar el segundo período, cuando se adelantó el conjunto visitante y el Pontevedra empezó a ver los fantasmas persiguiéndolo por el césped.

La anécdota La cabeza de ajo acompaña a Luisito a todos los partidos que el equipo pontevedrés disputa fuera de casa

Entonces Álex González y Mario Barco lograron los tantos de la remontada y dieron al once local el triunfo que puso fin a su peor racha del curso. "Cando gañou o equipo, os que tiñan ao lado empezaron a dicirme. ‘Ti es bruxo’. Oxalá o fose. Iso foi o allo, que nos deu sorte", rememora el hincha, que tenía confianza ciega en que el once de Pasarón comenzaría su reacción aquel día. "Tiña o presentimento de que ían gañar. De feito, quixen apostarlle unha merenda a un, pero non aceptou".

Desde entonces, el ajo que le dio Jaime Calvo se convirtió en un fiel y eficaz compañero de Luisito. "Estao levando aos desprazamentos, por España adiante. Díxome que non falla".

Aunque no es invencible, desde su aparición en escena el Pontevedra ha vuelto a la senda de la normalidad, a la regularidad en los triunfos que lo llevó a encontrarse entre los cuatro primeros clasificados del grupo I de Segunda División B y a tener en su mano el pasaporte para disputar el play-off de ascenso que comenzará en la segunda quincena del mes de mayo.

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