Ioniq, la alternativa híbrida de la marca Hyundai

El Hyundai Ioniq Hybrid es la primera entrega de un modelo que en un futuro cercano también estará en el mercado en versiones híbrida enchufable y cien por cien eléctrica.

Hasta que estas variantes lleguen a los concesionarios, hay que conformarse con esta versión híbrida, que ya está a la venta desde hace unos meses con un precio de salida de 23.900 euros, y que tiene como principal objetivo convertirse en una alternativa al Toyota Prius, que hoy por hoy es el referente de este segmento. 

El modelo coreano combina un motor de gasolina de 1.6 litros de cilindrada y turbo con un motor eléctrico al que alimenta una batería de ion-litio de 1,56 kWh de capacidad. La potencia combinada del sistema híbrido es de 141 caballos, suficiente para mover con solvencia los 1.400 kilos del coche y firmar un consumo medio de 3,4 litros por cada 100 kilómetros.

De hecho, el Ioniq es el primer Hyundai de producción masiva con bajas emisiones contaminantes. Desarrollado a partir de una plataforma totalmente nueva y específica para él, la búsqueda del máximo equilibrio entre eficiencia y buen comportamiento han sido las premisas básicas en su concepción.

Hyundai IoniqCombina para ello una estructura rígida y ligera con un motor de respuesta alegre, gracias sobre todo a una caja de cambios automática de doble embrague que proporciona unas sensaciones de uso mucho mejores que las clásicas transmisiones de variador continuo.

El conductor puede seleccionar dos modos de conducción. El Eco permite potenciar el ahorro, mientras que el Sport prioriza el rendimiento. Sobre todo por ciudad, el sistema del Ioniq permite circular una buena parte del tiempo únicamente en modo eléctrico. Si se es suave con el acelerador y con la batería totalmente cargada es posible alcanzar más de 100 kilómetros por hora sin que entre en funcionamiento el motor de combustión.

Por carretera, las sensaciones de confort que transmite el Ioniq ya no son tan positivas. El motor de gasolina, que siempre se muestra alegre y dispuesto a subir de vueltas, se percibe un tanto ruidoso y, en determinados momentos, resulta un tanto brusco en las transiciones de los cambios de marcha.

Los ruidos de rodadura y aerodinámicos también contribuyen a hacer que el nivel de rumorosidad dentro del habitáculo sea un poco más del deseado, aunque en su favor, es justo decir que por calidad de los asientos, suspensiones y bondades del chasis, el Ioniq se muestra como un vehículo cómodo para viajar e, incluso, llega a sorprender muy gratamente por su buen comportamiento en trazados virados.

ESTILO PROPIO. El diseño exterior del Ioniq está condicionado a la aerodinámica. Sus líneas se han adaptado para conseguir reducir al mínimo la resistencia al aire, ayudado también por otros elementos como las rejillas de ventilación móviles (que se abren o cierran según las necesidades de refrigeración) y los bajos prácticamente planos.

Estas particulares formas influyen sensiblemente en la habitabilidad interior. Los ocupantes de las plazas delanteras no tendrán ningún tipo de problema de espacio, pero en las plazas traseras las personas que midan más de 1,75 metros rozarán con la cabeza en el techo.

Por lo demás, en el interior la calidad percibida es buena e, incluso, el salpicadero muestra un diseño armonioso y bien resuelto, con una instrumentación digital que cambia de formato según el modo de conducción elegido.

La ergonomía y el buen tacto de los materiales son otras de las cualidades de un modelo que, sin duda, merece la pena para quienes busquen un vehículo familiar y económico para un uso diario.

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