Presunta hermana del rey de Bélgica: "Mi primera obra fue un trono"

La supuesta hija ilegítima del rey emérito Alberto II, hermana de Felipe, explica que el arte es su "vía de escape"
Delphine Boël
photo_camera Delphine Boël

La artista Delphine Boël, la presunta hija ilegítima del rey emérito Alberto II y hermana menor del actual monarca, Felipe de Bélgica, explicó en una entrevista que el arte es "su vía de escape" y que su primera escultura siendo niña fue "un trono". Boël interpuso en 2013 una demanda de paternidad tras la abdicación de Alberto II, que estos días está pendiente de que un juez decida si debe o no someterse a la prueba de ADN.

Esta espera crucial en su proceso de reconocimiento ha coincidido en el tiempo con uno de sus mejores momentos como artista, ya que el Musee d'Ixelles de la capital belga le dedica una exposición retrospectiva, Delphine Never Give Up. Aunque Boël dijo a Efe no aceptar preguntas en la entrevista sobre su vida privada, la mayoría de sus respuestas, así como los motivos de toda su obra versan, precisamente, sobre su particular biografía. "Siendo pequeña, en una de mis primeras clases de arte me encargaron hacer la escultura de una silla y a mi me salió un trono, porque eso es lo que salió de las entrañas. En esos días nadie sabía que yo era hija de Alberto II. Yo no quería que fuera un secreto, pero no tenía más remedio", explicó.

"Creo que el trono fue el principio de mi voz en el arte. Y a la vez mi arte es mi voz, mi forma de expresión. Desde el principio ha sido autobiográfico, sobre mi familia, mi sangre, sobre ser belga", añadió. Dos docenas de esculturas y lienzos muestran el espíritu colorista del artista, en una obra que podrá verse en el museo del centro de Bruselas hasta mediados de mayo. "Desde pequeña, uso muchos colores porque no me sentía 100 % feliz. Creé mi propio mundo lleno de color. Consiguen hacer más digeribles los mensajes más duros. Mi primer estudio fue debajo de la mesa del comedor. Allí creé mi propio universo", explicó.

La artista, de 49 años, que se desenvuelve mejor en inglés que en ningún otro idioma para hablar de su arte, estudió en la Chelsea School of Art, aunque se dice también influenciada por el "sentido del humor" belga. Relató que evolucionó como artista una vez el secreto sobre su padre dejó de serlo, con la publicación de una biografía no autorizada de la reina emérita Paola en 1999 en la que se desvelaba que Alberto II había tenido una hija ilegítima con la baronesa Sybille de Selys-Longchamps, su amante durante años.

En 2004, por la voluntad de dar a sus hijos un entorno más tranquilo que la capital británica, Boël se trasladó a Bruselas, donde cinco años después de desatarse la polémica, le sorprendió el seguimiento de su caso. "Cuando decidí ir a Bélgica no tenía ni idea de lo que me esperaba. Pensé que las cosas se habrían calmado, pero este es un país muy pequeño y la prensa me perseguía todo el rato y, claro, las emociones volvieron", afirmó.

En ese momento creó una de las esculturas centrales de su exposición, la más controvertida, la de una mujer semidesnuda, de rodillas, y con los brazos abiertos y esposados a dos banderas de Flandes y Valonia: "las dos Bélgicas". "Mucha gente decía en 2004, cuando se iba a casar el futuro rey Felipe, que lo único que unía a Bélgica era la Casa Real. Entonces mucha gente llamó a mi puerta buscando trapos sucios y esta escultura muestra cómo me sentía, el peso que caía sobre mis hombros", afirmó.

Dijo, sin embargo, haber conseguido extraer de todas sus vulnerabilidades su actual fortaleza y explicó que "ser vulnerable es lo que te hace más fuerte". "Shut up" (Cállate), "bla bla bla", "Fuck Gossip" (Qué le jodan a los chismes), "Never give up" (Nunca te rindas), son frases que se repiten constantemente en su obra, que considera las palabras, forma y fondo, además de tema recurrente. "No veo las palabras y las letras como el resto de la gente. Las veo como dibujos y soy consciente de su potencial sobre las personas. Las palabras pueden alegrarte o destruirte, son de las cosas más poderosas que existen", explicó Boël, a quien "ninguna palabra le da miedo".

Enérgica y segura de sí misma, Boël, que no se puso nerviosa a pesar de que numerosos belgas se percataron de su presencia durante la entrevista, reconoció que el arte ha conseguido ser durante toda la vida su "redención". "Sí, definitivamente el arte me ha ayudado mucho, ha sido mi voz, mi terapia. No he levantado el teléfono para llamar a mi gente y llorar, he preferido hacer arte", añadió la presunta hija ilegítima de Alberto II, que declinó comentar si espera que algún miembro de la Casa Real se acercará a disfrutar de sus obras.

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